Opinión

Carta abierta a los militantes del PSOE que dicen "Contigo, Pedro"

Al tenor del aparente protagonismo que simulan haber otorgado por parte de Pedro Sánchez y sus edecanes a los 172.600 militantes del PSOE, se me ha ocurrido escribirles una carta abierta, que en realidad son una serie de preguntas. Empiezo preguntando si estos afiliados conocen la doctrina y los principios sobre los que se asienta su partido, el pensamiento de aquellos relevantes personajes de su historia, como Fernando de los Ríos, quienes nos legaron principios como que “un socialista no aspira a llegar al Gobierno de cualquier manera” (que contrasta con aquello de “hacer de la necesidad virtud”). Añado que no sé si esto les dice algo o si es de los que con frecuencia expresan su adhesión a su actual secretario general, Pedro Sánchez, con el expresivo rótulo o divisa “Contigo, Pedro”, que tiene cierto sentido permanente de adhesión inquebrantable porque el líder “siempre tiene razón”, como predicaron en el pasado en otras doctrinas no precisamente democráticas. Y se está de acuerdo siempre, cuando dice una cosa y dice y hace la contraria. “Contigo, Pedro”.
Quiero pensar, entonces que, si a quien me dirijo es fiel seguidor de su secretario general, repudia a los discrepantes dentro de esta línea de su partido, e incluso los moteja con esas duras descalificaciones tan frecuentes, como a mi entender impropias. Para atreverme a decir esto, me remito a los propios estatutos, principios y reglamentos del PSOE, donde se resalta que, como partido democrático que es, en el mismo cabe la libertad e incluso las corrientes de opinión. Entiendo, por tanto, que a lo largo de su mandato como presidente del Gobierno, ese militante a quien me dirijo suscribió todo cuando el señor Sánchez dijera, empezando, cuando pretendía alcanzar tal puesto, que “sus principios” le marcaban un camino en el que no cabía hacerlo con el viático de los partidos independistas que quieren, y luego intentaron, salirse del Estado español. ¡Qué orgullo tuvo que significar para sus leales el aplomo y la serenidad del doctor Sánchez, remachada por otros relevantes miembros de su partido!
Quiero pensar que ese orgullo por el modo en que el máximo dirigente de su partido marcaba el espacio moral de su línea de acción, se reprodujo cuando afirmó que tener a Podemos en el Gobierno no le dejaría dormir, como al resto de los españoles, por ser el populismo venezolano que conduciría a las cartillas de racionamiento (aparte de ser partidario de referéndum de independencia de Cataluña) y dedicó duros calificativos a Pablo Iglesias, con el que luego se abrazaría. ¿Qué pensó usted entonces? Supongo que estaría también “Contigo Pedro”, cuando éste predicó que “no es no y nunca es nunca” y que jamás pactaría con Bildu, porque como remacharía su camarada Carmen Calvo, era línea roja intraspasable “y los socialistas somos de fiar”.  Pienso que ese militante ya se sintiera orgulloso de su dirigente cuando éste apoyó la aplicación del 155 al intento de secesión del llamado “procès”, elevó a “rebelión” el delito cometido, se pronunció contra que un político indulte a otro, y remachó su idea de que los políticos presos cumplieran sus penas. “Contigo, Pedro”, sin duda. Ya sabe usted, le dije, que, como él mismo pregona, Sánchez es hombre de principios y que cumple su palabra. Y mentir no es lo mismo que cambiar de opinión, por lo que, por lo visto, esos principios, como los de Groucho Marx son intercambiables.
Aludo a que hace unos meses, la amnistía no cabía en la Constitución, y el referéndum de independencia menos. Uno de los principales consocios de Sánchez, dijo que, a éste y su partido, hay que imponerle, obligarle a hacer lo que en principio no querría, y por eso –dice el señor Rufián—negociaron y le impusieron los indultos y la reforma a la carta del Código Penal, con cierto recochineo, y ahora dicen que. si hace unos meses, la amnistía era impensable, a corto plazo dejará de serlo el resto del lote, el referéndum. Y todo porque hay que “hacer de la necesidad virtud”. “Contigo, Pedro”, ¿también el resto del sometimiento de su partido al fugado Puigdemont y al indultado Junqueras?  Sánchez se ha referido a la virtualidad del perdón. ¿Cómo es eso si los perdonados reiteran que mantienen los objetivos de sus actos y que llegado el caso los repetirían?  Me pregunto si todo esto les parece pudoroso, como aceptar el lote completo que le impuso el fugado a su secretario general, incluida la rendición del Estado y el vodevil de las negociaciones en Ginebra con verificadores. Simplemente, ¿no le da vergüenza al decir “Contigo, Pedro”, pregunto yo.

Te puede interesar