Opinión

Viviendas vacacionales de Guinnes

Las Rías Baixas y Altas, la Mariña lucense, las áreas de Vigo y A Coruña y el área de Santiago aglutinan la mayor parte de las viviendas turísticas de Galicia. El comportamiento de la vivienda residencial en compraventa para su derivación al alquiler vacacional es progresivo y con un flujo constante. 

El crecimiento de las viviendas vacacionales registradas como tales es sencillamente espectacular, y en estos momentos superan ya las 14.000 en nuestra Comunidad Autónoma, cuadruplicando así la oferta de vivienda tradicional en el circuito de comercialización en arrendamiento, la cual no supera las 3.500. 

La inseguridad jurídica, la prohibición transitoria de repercusión del IPC en la renovación de contratos de alquiler, una Ley de Vivienda intervencionista y el aviso de penalización a las viviendas vacías o la limitación de precios, preocupan al pequeño propietario que busca una alternativa distinta al alquiler tradicional de su vivienda. Lo cual, sumado a una rentabilidad en la vivienda vacacional muy superior a la tradicional, produce un auge de la vivienda turística como nunca antes se había visto. Los propietarios de viviendas se están pasando en masa a la vivienda vacacional, y la actual inseguridad jurídica tiene mucho que ver. 

Solamente en Vigo, Cangas, Baiona o Nigrán se aglutinan ya un 60% de reservas de viviendas vacacionales para julio y agosto a estas alturas del mes de abril. Con precios de entre 1.000 euros la quincena y 1.800 el mes completo en el rango más bajo. Y en el más alto se sitúan en 2.000 la quincena y 3.800 el mes completo. Todo ello con unas previsiones para este verano, en Vigo y su área metropolitana, que superarían el 90% de ocupación en julio y agosto. Y es que, solo en esta última semana de abril, Vigo espera la llegada de alrededor de 22.000 personas a bordo de un total de siete escalas de crucero. Seguramente algunos de ellos vuelvan para disfrutar de una vivienda vacacional en la ciudad, o su área de influencia, este mismo verano. 

Este auge turístico es lo que ha derivado ya a que, por primera vez en Vigo, la vivienda vacacional supere en número a la de uso habitual en alquiler. Y es que las rentabilidades son realmente más que interesantes, pulverizando la de cualquier producto de inversión financiero y de cualquier entidad bancaria. Así pues, nos encontramos en el conjunto de Galicia con rentabilidades superiores al 7%. 

Esto acarrea efectos colaterales, y las dos causas que supuestamente van a provocar que el alquiler tradicional en las principales ciudades de Galicia vaya ser más caro -y con menos oferta de vivienda en alquiler que en la actualidad-, son las siguientes: Propietarios que sopesan pasarse al alquiler de temporada porque es un segmento que no se contempla en la Ley de Vivienda aprobada recientemente. Y es que, el alquiler temporal está sujeto a la Ley de Arrendamientos dentro de la categoría distinto del de vivienda, ya que suele utilizarse no para satisfacer las necesidades permanentes del arrendatario, sino para cubrir las necesidades de movilidad laboral o de estudiantes. Pero siempre debe figurar en el contrato de arrendamiento a qué obedece la temporalidad y dónde está situada la residencia habitual del inquilino que debe de ser distinta a la vivienda arrendada. 

Y propietarios que se pasarán en un alto porcentaje a la vivienda vacacional registrada como tal desde mayo del 2017 en nuestra Comunidad Autónoma. 
En definitiva, la seguridad jurídica y la rentabilidad, son los elementos que mueven la balanza del arrendamiento.

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