Un nuevo estropicio económico ya repercute en nuestra deuda pública, fruto del más que anunciado fiasco de la Sareb -creada a imagen y semejanza de nuestra pésima y nociva clase política-, pues a quienes les toca hacer frente a una nueva y descomunal derrama es a los de siempre... la pagan los ciudadanos una vez más. La Sareb era en 2012 la gran oportunidad de contribuir a estabilizar el sector de la vivienda y dinamizar el inmobiliario por su abultado volumen de activos (en total disponía en origen de 107.000 activos inmobiliarios), pero a día de hoy únicamente sirvió para limpiar el balance de las entidades financieras que recibieron ayudas públicas con el dinero de los ciudadanos y comisionarlas, abultadamente, con dinero de nuestros impuestos para que sus oficinas fuesen oficinas inmobiliarias en un auténtico despropósito mal permitido y consentido por el regulador y supervisor financiero de este país, es decir , el Banco de España del año 2012.
En Galicia, la mayoría de propiedades son procedentes del mercado de segunda residencia y casi el 80 % concentradas en A Coruña y Pontevedra. Son propiedades que se reparten por toda la costa o en el interior, en las zonas más castigadas y que no encontraron salida. En un primer momento se dijo que su constitución contribuiría a estabilizar el mercado de la vivienda, pero ha sido todo lo contrario. Empezando porque Bruselas tumbó repetidamente sus planes de negocio, una y otra vez, ya que le exigía que obtuviese rentabilidad desde el primer año, y lo único que ha tenido ejercicio a ejercicio son cuantiosas pérdidas millonarias.
Pero hagamos memoria: En diciembre del 2012 recoge los activos tóxicos, limpia balances y se inyecta el dinero del rescate europeo. Dos meses después, devuelve la comercialización de las propiedades a las mismas entidades financieras que les ha metido dinero público y les paga, a ocho entidades, 112 millones al año por “su gestión”. Pero es que además se establecen unas comisiones por la venta de cada inmueble -y solo conocemos a día de hoy el acuerdo en su momento con Bankia-, que era de un sonrojante mínimo de un 6 %. En una tomadura de pelo sin igual, los bancos nacionalizados se convirtieron en oficinas de gestión inmobiliaria de la Sareb. Y, ¿qué dijeron el FROB y el Banco de España? Nada de nada. Todo ello ha sido de lo más perjudicial y con un impacto brutal en el mercado.
Y también quiero recordar que su primer plan de negocio figuraba que disponían de 15 años para vender, y empezaron con precios por encima de los del mercado con la absurda idea de que así atraerían inversores privados; no fue así, lógicamente.
A día de hoy, la Sareb en nuestra Comunidad Autónoma tiene aún una cartera de activos que acumula 3.790 propiedades en la provincia de A Coruña, 3.064 en Pontevedra, 679 en la provincia de Lugo y 624 en Ourense. Además de las más de 2.700 viviendas, cuenta con 2.016 suelos en desarrollo, 405 suelos finalistas, 431 suelos rústicos y 2.103 anejos (trasteros y garajes). En definitiva.. el Estado se va comer por 1 euro pues… 35.000 millones de euros de deuda y miles de activos invendibles ni a precios de derribo. Cosas chulísimas la de este Gobierno bipartito socialcomunista.
