Opinión

El sanchismo y su comodín de Putin para todo

Es nítido cual es la “estrategia” del sanchismo para sobrevivir en el poder unos pocos meses más: Putin es el gran culpable de absolutamente todo. 
El máximo responsable del descomunal fracaso de gestión pública de estos últimos años, para el Gobierno bipartito socialcomunista, ya no es Franco, no, ahora es Putin, y la guerra de Ucrania, su comodín. Baste un simple ejemplo de semejante intento de maquillar la verdad: el precio de la energía está descontrolado desde enero del 2021 -hace ya un año y medio- y precisamente por ese motivo en junio del año pasado el ejecutivo bajo el IVA del 21% al 10%, y es que los intentos de engañar a la ciudadanía tienen las patas muy cortas. 
Las medidas aprobadas el sábado anterior son positivas y totalmente insuficientes. Son parches, uno detrás de otro, y el impuesto a las eléctricas un auténtico brindis al sol sin base legal, y lo veremos claramente cuando se les intente aplicar. El problema de fondo es que la credibilidad de Sánchez a estas alturas es ya ninguna, y los españoles lo sabemos perfectamente. La bajada del precio de la luz, al rebajar un 5% el IVA, no afectará a todos en su recibo por mucho que así nos lo digan desde el Ministerio de Hacienda y el propio presidente, no. Porque a empresas y autónomos no les afectará esta medida, ya que son consumidores con potencias contratadas por encima de los 10 kW, y eso siempre que el precio medio mensual del mercado mayorista de la electricidad esté por encima de los 45 euros por MWh para su aplicación. En definitiva, el tejido económico no podrá beneficiarse de ese descuento impositivo, y eso no nos lo dicen... así que a asumir más costes y seguir engordando la inflación con un gasto público descontrolado y aumentando la deuda pública estratosféricamente, y lo veremos y sufriremos después del verano, en concreto en el último trimestre de este año. 
Pero esta semana es la de la OTAN y la de la cumbre de Madrid. Y es bueno recordar que España y los españoles tuvimos el acierto de iniciar (en el año 1981), los trámites de adhesión para, en mayo de 1982, convertirnos en el miembro número dieciséis de la Organización del Tratado del Atlántico Norte. Aunque habría que esperar al referéndum del 12 de marzo de 1986 para obtener el respaldo de la sociedad española de aquella época, con un 52,54% de los votos a favor. A partir de ese momento, España inició su participación en todos los comités, grupos de trabajo, agencias, presupuestos y planeamiento de la defensa de la OTAN, con excepción de la estructura militar integrada. Esta última se materializa con nuestra incorporación plena, el 1 de enero de 1999. Un acierto total y coherente con el que me identifico totalmente. Y es que la OTAN es, bajo mi opinión, la herramienta político-militar por excelencia para la defensa colectiva de Europa y por supuesto de España. 
Y esta cumbre de Madrid tiene y debe ser la de una OTAN mucho más europea, más nuestra. La cual debe servir para unificar y coordinar nuestros ejércitos, modernizarlos y actualizarlos con proyectos industriales militares conjuntos que garanticen nuestra seguridad como Union Europea. Porque si algo estamos observando en la guerra de Ucrania es que la precisa tecnología de la industria militar -como el empleo masivo de drones o artillería de largo alcance como las nuevas plataformas de lanzamiento de misiles tácticos de alta precisión, como los HIMARS- son un ejemplo del nuevo escenario militar que deja en desuso muchas de las armas convencionales. En conclusión, sí rotundo a una OTAN más europea para así garantizar nuestra seguridad como país.
 

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