Opinión

La quimera del empleo

Un empleo estable y de calidad es lo que desea cualquier persona para disfrutar de una vida digna y plena. Hasta ahora, la mayor estabilidad se encuentra en el empleo público, eso es obvio. Pero en el sector privado mi apuesta estaría en la digitalización, ya que prácticamente es ya una obligación para cualquier empresa que quiera seguir siendo competitiva. Por eso, los perfiles profesionales con carácter y aptitudes digitales están encontrando un porcentaje de oportunidades laborales mucho más elevado que en el resto de sectores. Es una simple recomendación que me permito hacer porque soy consciente de que el empleo es la principal preocupación de cualquier ciudadano en el actual contexto económico, donde todos los días conocemos por los medios de comunicación de un nuevo cierre de una actividad económica, de un nuevo ERTE o de un ERE de una empresa, en fin.

Dicen que el papel lo soporta todo... pero la incontestable realidad de los datos, rotundamente no. Los pueden intentar maquillar, obviar o manipular, pero al final, los veraces datos siempre afloran y finiquitan cualquier cortina de humo, llámese “España 2050” o las propuestas de Sánchez/Redondo para la España Vaciada.

Y sí, afloran al igual que las presuntas manipulaciones del Rasputín de la Moncloa en su particular partida de ajedrez en la que intenta controlar todos los poderes fácticos de este país, los que se conocen y los que únicamente se intuyen. Así, con su estrategia de divide y vencerás, presuntamente ha influido y tomado partido en la reciente presentación pública de un nueva patronal de pymes y autónomos a nivel estatal que ya nace politizada desde su comienzo. Pero qué casualidad que esta fuera presentada y patrocinada por la ministra comunista de Empleo y por la esposa del presidente del Gobierno. La cual no dudo en pedir fondos europeos para su tutelada patronal y tener presencia en las mesas de negociación de los posibles acuerdos entre los agentes sociales y el Ejecutivo. Pero no nos quedemos con lo superficial y excavemos un poco en este nuevo episodio nacional que pretenden escribir Sánchez y Redondo. ¿Por qué ese interés en controlar sin tapujos las patronales en una economía de libre mercado? Pues porque necesitan aliados y apoyos para llevar a cabo la política económica que les piden sus socios de gobierno, y a la vez para vender a Bruselas que tienen el apoyo del empresariado para llevarlas a cabo. Como por ejemplo la derogación de la actual reforma laboral y la del sistema de pensiones, esos son sus principales propósitos.
Me he leído (por encima) las 676 páginas de los fundamentos y propuestas de la “Estrategia Nacional, España 2050”, presentada por Sánchez recientemente -por cierto, dudo que sus cargos públicos electos ni siquiera ojearan la portada, pero ese es otro tema-; pues bien, aparte de citar en el prólogo a Séneca y Unamuno, las únicas conclusiones que he extraído son dos: La primera, que España ha mejorado mucho en estas cuatro últimas décadas, estoy de acuerdo con este análisis de los autores. La segunda, que necesita mejorar más para ser competitivos, también estoy de acuerdo, faltaría más. ¿El resto del tocho?, pues vaguedades genéricas, brindis al sol por doquier y relleno filosófico por todos los lados. En definitiva, tomadura de pelo total y absoluta de quieres no tienen soluciones reales para nuestro presente y nos intentan distraer con proyecciones de aquí a 30 años.

¿Y estos son el presidente y la ministra de Trabajo que van crear pleno empleo estable y de calidad? Ya está bien de tantas y tantas mentiras, engaños y menospreciar la inteligencia de 47 millones de españoles. ¡Ya está bien de tomarnos a todos por idiotas, señores del Gobierno!

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