Opinión

Qué vivienda nos espera en este 2022

Los costes de construcción, el alza de precios tanto en viviendas nuevas como usadas reformadas, la escasez y encarecimiento de las materias primas, la rehabilitación de las viviendas en una comunidad como la nuestra con más de 330.000 desocupadas, son los principales retos y adaptaciones a las principales coyunturas de cara a este año. Las tensiones en precios se producirán principalmente en el alquiler, y con las ciudades de Vigo y A Coruña como las más tensionadas y con oferta menguante. La gestión de los fondos europeos para la rehabilitación de viviendas será uno de los pilares fundamentales en los que se sustente la carga de trabajo. Pero anticipo más ventas de vivienda en este ejercicio y con una inversión en vivienda -tanto habitual como derivada hacia el parque de arrendamiento- que crezca un 15% en 2022. 

La clave de este incremento está en la fuerte demanda de vivienda habitual residencial y para arrendar. Sin embargo, estas previsiones pueden sufrir una súbita complicación si la inestabilidad política corta la mejora del mercado laboral, la mayor renta disponible de los hogares y la confianza del consumidor o la demanda por parte de compradores foráneos. 

Las grandes líneas que marcarán el mercado inmobiliario gallego en el 2022 serán:

Las ventas de viviendas de segunda mano, que ya se imponen en mas de un 72% a las de obra nueva como consecuencia de la reducción del stock inmobiliario y ante una incipiente aún auge de nuevas promociones, así como la inseguridad jurídica ante la falta de planes generales en importantes núcleos de población, como por ejemplo Vigo que aún tardará dos años en tener un plan general aprobado de manera definitiva, u Ourense que no siquiera lo tiene aún. Incremento de precios. 

La tendencia general es de incrementos tras años de caídas, aunque todavía hay núcleos (municipios de menos de 5.000 habitantes), aquellos con mayor cantidad de stock, en las que continuarán siendo estables o incluso a la baja por su falta de demanda. El precio del suelo, otro de los principales indicadores de la recuperación, crece en los principales núcleos urbanísticos. 

La vivienda concebida como una inversión. La compra de viviendas sigue siendo la prioridad al sentirse el propietario más seguro de poseer un bien tangible y solido en detrimento de la desconfianza de productos financieros y la nula rentabilidad de la renta fija. 

Los nuevos protagonistas: los jóvenes. Los que hasta ahora se han visto más afectados para poder acceder a una vivienda serán los más perjudicados en un mercado excluyente para el 88% de los menores de 35 años de poder poseer una vivienda en propiedad. 

Por último, los Next Generation serán otro gran reto para aprovechar realmente esas ayudas europeas en la tan necesaria rehabilitación de nuestro parque residencial. Y debo recordar que el sector inmobiliario es de los que más fondos va a recibir (6.820 millones de euros en el periodo 2021-2023) de los que 3.420 irán destinados a la rehabilitación, en consonancia con los ambiciosos objetivos medioambientales de estos fondos. 

Pero para ello se deben corregir anomalías como el tiempo de espera de una licencia municipal de obras, que en el conjunto de Galicia supera los 14 meses agravándose en este presente año y siendo inasumible para muchas empresas por el alto coste repercutido en las mismas.

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