Desmiento completamente que los autónomos estén en contra de lo que estamos negociando referente a la subida de cotizaciónes”. Así se despachaba irónicamente el ministro Escrivá en rueda de prensa posterior al consejo de ministros de la semana pasada en referencia a la brutal subida de impuestos y cotizaciónes que pretenden imponernos a los empresarios autónomos. La caza, captura y eliminación de todos aquellos que somos autónomos en este país parece que es el objetivo a cumplir y que se ha trazado este Gobierno bipartito. Porque ya no es entendible, ni justificable, la persecución fiscal, impositiva y laboral a la que estamos sometidos.
Los empresarios autónomos y microempresas somos la columna vertebral de la economía en un país como el nuestro . Y no es una frase hecha, ni mucho menos. De las 3.366.570 empresas activas en España, 1.879.126 son actividades con un autónomo al frente; 920.321 son empresas entre 1 y 2 empleados; 304.095 son actividades económicas que tienen entre 3 y 5 empleados, y 120.820 empresas son las que se encuentran entre 6 y 9. En conclusión: 3.223.926 empresas somos autónomos y microempresas.
Pienso y creo, desde mi óptica económica liberal, que los últimos datos de la EPA nos dejan claro cual es la hoja de ruta a seguir por parte de este Ejecutivo. Y así se refleja con 95.000 ocupados menos en el sector privado que antes de la pandemia, pero con 222.000 empleados más en el sector público. Le recuerdo a este Gobierno bipartito que sin sector privado no hay sector público, porque si no que me expliquen quién paga la barra libre de éste, sobredimensionado en una España con Administraciones públicas por doquier.
Por último no quiero dejar pasar la oportunidad de darle mi enhorabuena al sr. Carlos San Juan, jubilado de 78 años que ha conseguido 340.000 firmas en protesta por una digitalización financiera que excluye no solo a la tercera edad, sino a la práctica totalidad de las personas que viven en la España vaciada. Y en Ourense pues ya, ni les cuento.
Ourense ya figura con la red de sucursales más reducida de toda la Comunidad gallega. Y según un análisis reciente del Banco de España sobre el cierre de oficinas y el acceso de la población al efectivo, la reducción del número de sucursales bancarias “no lleva a la exclusión financiera de una parte de la población, ya que existen vías alternativas para el acceso a los servicios bancarios como, por ejemplo, el uso de la banca electrónica”. Bueno, pues aquí le diría al Banco de España y las entidades financieras que aún quedan en este Ourense vaciado que una parte importante de nuestra población o no tiene acceso a internet o su acceso es deficiente, y que una buena parte de la población más mayor no consigue defender correctamente sus intereses en la banca online. Personas -el mayor porcentaje de avanzada edad y con dificultades de desplazamiento al no conducir muchos de ellos- sin servicio bancario para cobrar sus pensiones o simplemente pagar sus recibos no domiciliados. En conclusión, esos mismos bancos que nos abrasan a comisiones y que te cobran hasta por el desgaste de su puerta de entrada cuando la abres para entrar y salir -eso si únicamente de 9 a 11 de la mañana-, están siendo uno de los principales responsables de que la España vaciada, la Galicia vaciada y el Ourense vaciado lo sean aún más.
Los empresarios autónomos y microempresas somos la columna vertebral de la economía en un país como el nuestro . Y no es una frase hecha, ni mucho menos. De las 3.366.570 empresas activas en España, 1.879.126 son actividades con un autónomo al frente; 920.321 son empresas entre 1 y 2 empleados; 304.095 son actividades económicas que tienen entre 3 y 5 empleados, y 120.820 empresas son las que se encuentran entre 6 y 9. En conclusión: 3.223.926 empresas somos autónomos y microempresas.
Pienso y creo, desde mi óptica económica liberal, que los últimos datos de la EPA nos dejan claro cual es la hoja de ruta a seguir por parte de este Ejecutivo. Y así se refleja con 95.000 ocupados menos en el sector privado que antes de la pandemia, pero con 222.000 empleados más en el sector público. Le recuerdo a este Gobierno bipartito que sin sector privado no hay sector público, porque si no que me expliquen quién paga la barra libre de éste, sobredimensionado en una España con Administraciones públicas por doquier.
Por último no quiero dejar pasar la oportunidad de darle mi enhorabuena al sr. Carlos San Juan, jubilado de 78 años que ha conseguido 340.000 firmas en protesta por una digitalización financiera que excluye no solo a la tercera edad, sino a la práctica totalidad de las personas que viven en la España vaciada. Y en Ourense pues ya, ni les cuento.
Ourense ya figura con la red de sucursales más reducida de toda la Comunidad gallega. Y según un análisis reciente del Banco de España sobre el cierre de oficinas y el acceso de la población al efectivo, la reducción del número de sucursales bancarias “no lleva a la exclusión financiera de una parte de la población, ya que existen vías alternativas para el acceso a los servicios bancarios como, por ejemplo, el uso de la banca electrónica”. Bueno, pues aquí le diría al Banco de España y las entidades financieras que aún quedan en este Ourense vaciado que una parte importante de nuestra población o no tiene acceso a internet o su acceso es deficiente, y que una buena parte de la población más mayor no consigue defender correctamente sus intereses en la banca online. Personas -el mayor porcentaje de avanzada edad y con dificultades de desplazamiento al no conducir muchos de ellos- sin servicio bancario para cobrar sus pensiones o simplemente pagar sus recibos no domiciliados. En conclusión, esos mismos bancos que nos abrasan a comisiones y que te cobran hasta por el desgaste de su puerta de entrada cuando la abres para entrar y salir -eso si únicamente de 9 a 11 de la mañana-, están siendo uno de los principales responsables de que la España vaciada, la Galicia vaciada y el Ourense vaciado lo sean aún más.
