Opinión

¡Están destruyendo España!

Este desnortado Gobierno bipartito socialcomunista ya no da para más. Está en tiempo de descuento, aunque la realidad es que nunca jamás ha estado a la altura de las circunstancias económicas, sociales y sanitarias que tocaba en cada momento. Nuestra política exterior es un auténtico desastre, lo era ya antes, y mucho más ahora. No saben defender los intereses y seguridad de España y de los españoles. Y ya son legión los países y los mandatarios que ya no confían ni en Sánchez ni en sus ministros ni en su gobernanza ni en sus palabras diáfanas. La realidad es que ni en la peor de nuestras pesadillas podríamos haber imaginado que en pleno 2021 nos encontrásemos en una situación económica y social tan grave como la que estamos viviendo.
¿A qué espera Sánchez para cesar a su nefasta ministra de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, González Laya? La misma que aún sigue defendiendo el "compromiso" de España con el líder del Frente Polisario, a quien se le presta "asistencia humanitaria" al tiempo que defiende que el Gobierno nunca entendió como una "agresión" su acogida. ¿Pero de dónde sale esta gente… de la Disneylandia de Bambi, o simplemente nos tratan ya como idiotas? Y si era poco el fracaso total y absoluto de nuestro Gobierno en su política exterior -y así se ve reflejado en toda la prensa extranjera-, viene EEUU -en un total desplante a Sánchez- a decirnos que respalda a Marruecos en su "crisis migratoria y diplomática" con España. En fin. Nuestro país tiene un buen cuerpo diplomático, pero el problema es el desconocimiento, la soberbia y el mal hacer de la propia ministra y de su equipo directivo del Ministerio de Exteriores. Aunque esa misma es la tónica común en la práctica totalidad de los ministerios de este Gobierno para olvidar. Porque que alguien me diga, por ejemplo, para qué sirven y a qué se dedican ministerios y ministros como el de Consumo o Universidades, por nombrar algunos. En conclusión, se ríen de todos nosotros a la cara y ya ni lo disimulan.
Tenemos un país con una deuda del conjunto de las administraciones públicas que acaba de registrar un incremento del 1,9% en la comparativa intermensual. En un solo mes se ha incrementado en 25.700 millones de euros, marcando un nuevo máximo histórico de 1,39 billones, por lo que ya supera con creces el 125% del PIB, como consecuencia de un descontrolado gasto público y una disminución considerable de los ingresos provenientes del tejido empresarial. Y aun así, estos fenómenos con sus 1.212 asesores -con sueldos públicos “top ten”- son aún capaces de querer legislar propuestas que directamente destruyen él tejido económico. 
Me estoy refiriendo a que, si el sr. Sánchez y su ministra comunista de Trabajo quieren destruir y hundir definitivamente a los más de tres millones de autónomos de este país, pues díganlo sin tapujos. Porque con la última y desafortunada propuesta del Gobierno sobre el nuevo sistema de cotización, el Estado se queda con la mitad de los ingresos de un autónomo; es decir, tratan a la columna vertebral económica de este país como siervos que únicamente sirven para pagar tributos para alimentar su desenfrenado gasto público, derivado de intentar tapar su montaña de errores al no tener ni siquiera una planificación económica creíble, ni aquí, ni en Bruselas. ¿Pero cómo van tener credibilidad si, por un lado, y ante el Congreso de los Diputados, la ministra Díaz promete derogar la reforma laboral, y por otro lado Sánchez le promete a Bruselas mantenerla? ¿Y este es el Ejecutivo que va gestionar el buen uso de los fondos europeos de los proyectos presentados por los sectores público y privado Next Generation? ¡Que Dios nos coja confesados!

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