Opinión

Evergrande, la Sareb y el "Efecto Lehman"

La Sareb fue la consecuencia directa de la crisis del 2008, y en todos estos años no solo no ha resuelto el problema, sino que únicamente ha contribuido, entre otros, a la desestabilización de los precios de la vivienda en todas las comunidades autónomas. A lo cual habría que sumarle sus abultadas perdidas anuales desde su inicio en el año 2011. Miren ustedes, a cierre del último ejercicio, la Sareb vendió un 28,5% menos que en 2019. Y quiero recordar con ello que, en cumplimiento de su mandato, está entidad debe desinvertir a precios de mercado todos los activos inmobiliarios con independencia de su impacto contable. Pues bien, a cierre de 2020, los activos de Sareb acumulaban unas minusvalías contables de más de 9.100 millones de euros, y con un resultado negativo de 1.073 millones. Y con estos antecedentes, ahora tienen la desfachatez -siendo generosamente suave- de decirnos que el Estado deberá aportar nada más ni nada menos que 7.988 millones de euros para poder amortizar la deuda que contrajo en el momento de su creación y que ellos han sido capaces de solucionar. Y así lo recoge el informe de la comisión de seguimiento de Sareb remitido a las Cortes en su última actualización de su Plan de Negocio 2021-2027. ¿Y saben ustedes quién es el avalista de toda esta deuda si no la cubren? Pues el avalista es el Estado, es decir, todos nosotros. O sea, que con el dinero de nuestros impuestos van a pagar, nuevamente, uno de los mayores despropósitos de la última década. 
Pues bien, para enturbiar más aún el tema, aparece en China una megaempresa promotora -llamada China Evergrande Group-, que amenaza la economía asiática con una brutal deuda de más de 255.000 millones de euros. No creo que su caída -si se llega a producir y no la rescata el Gobierno chino-, tenga consecuencias directas en nuestra economía, aunque sí puede haber derramas indirectas -vía fondos de inversión globales-, que nos puedan llegar a afectar; lo iremos viendo y comprobando. 
Traigo a colación este episodio para que nos sirva a todos de recordatorio de errores pasados, y que en esta reflexión sobre lo que fue y lo que es hoy el mercado de la vivienda, quiero tener también muy presente a los cientos de miles de familias que en estos últimos diez años han sufrido en nuestro país una ejecución hipotecaria, perdiendo con ello no solo su vivienda, sino que además, en muchos casos, han tenido que seguir cargando con la deuda contraída con su entidad bancaria. Unas entidades llenas de avaricia sin fondo y de las cuales muchas de ellas ya solo son un patético recuerdo por su negligente gestión. 
Mientras esto acontece en la “España que va bien”, nos encontramos con el grupo turístico Globalia que anuncia que pondrá en marcha un ERTE que afectaría a unos 9.000 empleados. Y a cuatro entidades financieras: Banco Santander, BBVA, Sabadell y CaixaBank, que solamente en lo que va de año han cerrado entre las cuatro mas de 2.500 oficinas en todo el país, y destruido más de 15.000 puestos de trabajo. Conclusión: el proceso de concentración de bancos, sumado al recorte de la red de oficinas está derivando en un notable, y a la vez inadmisible, deterioro de los servicios presenciales a la ciudadanía de la España vaciada. Provocando a la vez una intolerable situación de exclusión financiera, mal disimulada por las entidades -y obviada denigrantemente por el Gobierno bipartito de este país-, a base de cajeros subvencionados con dineros públicos. Pero España va bien y la recuperación es espectacular. En fin.

Te puede interesar