El arenal de la ciudad con más afluencia de bañistas tiene aseos, pistas deportivas, piscinas, parques infantiles y mercadillo
La playa de Samil recibe miles de visitantes cada día de verano, siempre que el tiempo lo permita, muchos de ellos de fuera de la ciudad. El arenal ha obtenido este año la bandera azul y destaca por ofrecer más servicios que los de sus proximidades.
Los accesos a la arena son a través de escaleras y menos numerosas rampas, así como una zona habilitada para personas con movilidad reducida, en la que reciben asistencia para bajar a la arena y bañarse si lo desean.
En el paseo hay duchas, lavapies y aseos en diferentes puntos, no suficientes para algunos usuarios. "Hay pocos aseos, hay días que no llegan", aseguró Antonio."Para la población de la ciudad hay suficientes", afirmó por el contrario María José. Aunque las quejas principales son por la limpieza. "Los aseos están asquerosos", manifestó Lucía. También hay fuentes para refrescarse, pero según Manuel "no funciona ninguna, están en fatales condiciones".
Muchas familias escogen Samil por las piscinas infantiles, que serán de agua salada proximamente según el Concello, y los parques. Los deportistas disponen de un gimnasio urbano en el paseo, un campo de fútbol sala, canchas de baloncesto, una pista de patinaje y una rampa de skate.
Las plazas de aparcamiento a escasos metros de la playa son numerosas, aunque insuficientes para la cantidad de gente que se acerca a la zona. "Es horroroso aparcar aquí", afirmó Andrea. Los que opten por el transporte público cuentan con diversas paradas de autobús, siendo la playa de la ciudad por la que más líneas pasan.
Para comer en las inmediaciones del arenal hay opciones para todos los bolsillos. McDonalds y Corner Hut “low cost”; restaurantes en primera línea de playa, el café Camaleón, el Di San Remo y el Marina Cíes; Il Papero, restaurante italiano que comparte local con la heladería Panna&Fragola; un asador brasileño, La Hacienda de Machado, en la Avenida de Europa y el restaurante Mar de Plata, al lado del museo de las palabras. También hay varios chiringuitos en el paseo para tomar un tentempié. Susana, empleada de uno de ellos, indicó que "hay bastante gente, muchos turistas, principalmente al mediodía y por la tarde". Para los usuarios que prefieran llevar la comida de casa hay un merendero con mesas al sol y a la sombra, en las que no permite reservar.
En una de las zonas asfaltadas hay un mercadillo permanente con artículos diversos. Susana tiene un puesto de ropa y asegura que este año las ventas han caído. "Está muy difícil por el tiempo, hay pocos turistas. Los portugueses y las personas mayores no compran", aseguró. "Cuando sale el sol la gente baja a la playa y cuando se nubla se queda en casa", afirmó Marlon, trabajador de un puesto de calzado.
La playa cuenta con un dispositivo de seguridad conformado por policías que vigilan la zona en bicicleta y servicio de salvamento, disponible de 12 a 20 horas en época estival. "Una hora más por la tarde no vendría mal", sugirió Antonio .
Además, en el arenal no están permitidos los animales, prender fuego, los juegos molestos y la acampada libre.
Los accesos a la arena son a través de escaleras y menos numerosas rampas, así como una zona habilitada para personas con movilidad reducida, en la que reciben asistencia para bajar a la arena y bañarse si lo desean.
En el paseo hay duchas, lavapies y aseos en diferentes puntos, no suficientes para algunos usuarios. "Hay pocos aseos, hay días que no llegan", aseguró Antonio."Para la población de la ciudad hay suficientes", afirmó por el contrario María José. Aunque las quejas principales son por la limpieza. "Los aseos están asquerosos", manifestó Lucía. También hay fuentes para refrescarse, pero según Manuel "no funciona ninguna, están en fatales condiciones".
Muchas familias escogen Samil por las piscinas infantiles, que serán de agua salada proximamente según el Concello, y los parques. Los deportistas disponen de un gimnasio urbano en el paseo, un campo de fútbol sala, canchas de baloncesto, una pista de patinaje y una rampa de skate.
Las plazas de aparcamiento a escasos metros de la playa son numerosas, aunque insuficientes para la cantidad de gente que se acerca a la zona. "Es horroroso aparcar aquí", afirmó Andrea. Los que opten por el transporte público cuentan con diversas paradas de autobús, siendo la playa de la ciudad por la que más líneas pasan.
Para comer en las inmediaciones del arenal hay opciones para todos los bolsillos. McDonalds y Corner Hut “low cost”; restaurantes en primera línea de playa, el café Camaleón, el Di San Remo y el Marina Cíes; Il Papero, restaurante italiano que comparte local con la heladería Panna&Fragola; un asador brasileño, La Hacienda de Machado, en la Avenida de Europa y el restaurante Mar de Plata, al lado del museo de las palabras. También hay varios chiringuitos en el paseo para tomar un tentempié. Susana, empleada de uno de ellos, indicó que "hay bastante gente, muchos turistas, principalmente al mediodía y por la tarde". Para los usuarios que prefieran llevar la comida de casa hay un merendero con mesas al sol y a la sombra, en las que no permite reservar.
En una de las zonas asfaltadas hay un mercadillo permanente con artículos diversos. Susana tiene un puesto de ropa y asegura que este año las ventas han caído. "Está muy difícil por el tiempo, hay pocos turistas. Los portugueses y las personas mayores no compran", aseguró. "Cuando sale el sol la gente baja a la playa y cuando se nubla se queda en casa", afirmó Marlon, trabajador de un puesto de calzado.
La playa cuenta con un dispositivo de seguridad conformado por policías que vigilan la zona en bicicleta y servicio de salvamento, disponible de 12 a 20 horas en época estival. "Una hora más por la tarde no vendría mal", sugirió Antonio .
Además, en el arenal no están permitidos los animales, prender fuego, los juegos molestos y la acampada libre.
