El Celta reanudará la competición liguera dentro de una semana, el sábado 13 de junio a las 17:00 horas en Balaídos, y lo hará frente al Villarreal, equipo que llevaba una inercia negativa, contraria a la del conjunto celeste, cuando el campeonato se paró el pasado mes de marzo a causa de la pandemia mundial de coronavirus.
Cuando el Gobierno decretó el estado de alarma –y canceló, por lo tanto, el encuentro entre vigueses y castellonenses, previsto para el 15 de marzo–, el Celta acumulaba cinco jornadas consecutivas sin conocer la derrota, un tramo de competición en el que venció en Balaídos al Sevilla (2-1) y al Leganés (1-0), y empató fuera de casa con el Real Madrid (2-2), el Granada (0-0) y el Getafe (0-0).
Por el contrario, el Villarreal vio cortada con el estado de alarma una racha de tres derrotas consecutivas. El 15 de febrero, en la vigésimo cuarta jornada de liga, el 'submarino amarillo' obtuvo su última victoria, en el Estadio de La Cerámica ante el Levante (2-1).
A partir de ahí, los de Castellón perdieron dos partidos seguidos fuera de casa, frente al Atlético de Madrid (3-1) y el Athletic Club (1-0), y cayó también en casa, ante el Leganés (1-2), en el choque previo al que debía jugar una semana después contra el Celta.
En otras circunstancias, las inercias contrarias de ambos equipos y el hecho de que los celestes iban a jugar ante su afición habría supuesto un factor favorable al cuadro vigués. Pero desde entonces han pasado ya tres meses y el Celta afrontará el encuentro en su estadio, pero con las gradas vacías, circunstancias que generan mayores dudas sobre el momento en el que llegarán ambos contendientes.
Además, a pesar de las trayectorias de los dos equipos en las jornadas previas a su encuentro, el Villarreal se ha mostrado más fuerte que el Celta en el campeonato. De hecho, el conjunto de Castellón ocupa la octava plaza en la clasificación con 38 puntos, mientras que los celestes marchan en la decimoséptima posición con 26, y uno solo de renta sobre los puestos de descenso.
El Villarreal supera también con creces al Celta en goles a favor, con 44 para el 'submarino amarillo' por los 22 de los vigueses, mientras que en su portería, el equipo de Javi Calleja ha encajado 38, cuatro más que el de Óscar García Junyent.
Un rival para salir de apuros
El Villarreal se ha convertido en los últimos tiempos en un rival no sólo asequible para el Celta, sino también en un talismán para salir de situaciones apuradas.
La pasada temporada, el equipo que entrenaba entonces Fran Escribá inició su particular 'Reconquista' el 30 de marzo, cuando venció al Villarreal en Balaídos (3-2) con una extraordinaria actuación de Iago Aspas, que regresaba después de tres meses de lesión.
El encuentro empezó mal para el Celta, que encajó dos goles casi seguidos de Toko Ekambi y Pedraza y se fue al descanso con un 0-2 en contra. Pero en la reanudación, dos tantos de Aspas y uno de Maxi Gómez permitieron al equipo vigués remontar el partido e iniciar una serie de resultados que lo llevaron a conseguir la permanencia. La imagen del delantero moañés llorando en el banquillo al final del choque forma ya parte de la historia del club celeste.
Y en la actual temporada, el Celta volvió a encontrar en el Villarreal un verdadero salvavidas. El pasado 24 de noviembre, el equipo vigués visitó La Cerámica en zona de descenso y a cuatro puntos de la salvación. De nuevo Aspas, con dos goles, y Pione Sisto dieron a los célticos una victoria vital (1-3).
