Pilar Lianes defendió la necesidad de humanizar los servicios de Oncología, más allá de lo médico y lo científico, y que este compromiso debe implicar a todos, desde el oncólogo al auxiliar de enfermería.
¿Qué necesidades de los pacientes de Oncología destacó en su ponencia?
En el curso decía que en los últimos tiempos estamos intentando en la mayoría de los tumores realizar el diagnóstico molecular para tratar a los pacientes de una manera más precisa. El tumor tiene alteraciones moleculares específicas y les puedes dar un fármaco que no sea quimioterapia y que también permita obtener mejores resultados. Aquí surge el primer problema: realizar este diagnóstico molecular no está completamente accesible y organizado en la sanidad pública de la mayoría de los hospitales. Por más que los oncólogos trabajamos en red o realizamos ensayos clínicos, este diagnóstico molecular que es imprescindible para saber si podemos tratar a los pacientes de una manera más dirigida, todavía queda bastante para tenerlo de manera habitual y en los tiempos correctos. Esto es lo más importante en cuanto a que los pacientes que puedan tener un tratamiento preciso.
¿Qué obstáculos hay para que pueda extenderse a todos los hospitales de España?
La cuestión es que hemos avanzado más en el tratamiento y en la mayoría de los casos está cubierto por la sanidad pública, pero el diagnóstico molecular no está completamente organizado, en algunos hospitales sí pero no en todos. Logramos hacerlo pero con muchas dificultades y no siempre.
¿Es necesario invertir más en tecnología?
Sí se necesita, pero esa tecnología compleja no debe estar en cualquier hospital. Lo que se está haciendo y se debe hacer es trabajar en red con hospitales de referencia que den coberturaal resto, de tal manera que todos los pacientes se beneficien independientemente de donde estén. En ese sentido, a nivel de tecnología se ha avanzado mucho. Si tenemos material tumoral suficiente en lugar de estudiar gen a gen se estudian en plataformas génicas de tal forma que se tarda menos. Esto sí que solo está disponible en muy pocos hospitales y es cada vez más necesario. Falta trazar esas redes diagnósticas que ayuden al tratamiento en definitiva.
¿Qué otras necesidades que plantean los pacientes se abordaron en el curso?
Hablamos también de que por más que intentamos tratar un tumor en sí hay muchos síntomas que el paciente en situación muy avanzada padece, como insomnio, cansancio y falta de apetito. Son síntomas para los cuales no tenemos medicación específica. Lo que necesitan es una atención precisa y tiempo en los equipos de médicos y enfermeras para estar cerca del paciente y acompañarlo en el proceso de enfermedad avanzada.
¿Intervienen muchos especialistas en los estadios avanzados de la enfermedad?
El equipo debe ser multidisciplinar y trabajar de forma coordinada. No es solo el equipo oncológico, sino contando también con enfermeras, nutricionistas que no siempre están incluidos, psico-oncólogos, trabajadores sociales o el equipo de atención paliativa. Tenemos ya un recorrido y cada vez se hace mejor.
¿Hay campo de mejora aún en este aspecto?
Realmente se puede avanzar en la coordinación y en la atención multidisciplinar. El paciente sigue preguntando qué puede comer en cada fase de la enfermedad, se lo pregunta al oncólogo. Se deberían incorporar nutricionistas como en otras comunidades.
¿Cuál es el avance científico con el que sueña como oncóloga?
Hace muchos años que pensábamos que los cánceres avanzados se podrían curar más de lo que se curan. En ese sentido quiero pensar que los avances en la inmunoterapia, que es la última herramienta terapéutica de la que disponemos, nos dirija a ese camino. Ahí también necesitamos saber con más precisión qué tumores tendríamos que tratar con inmunoterapia y cuáles no, y negociar con la industria para que fuera accesible y sostenible en el sistema sanitario y para poder tratar a todos los pacientes que lo necesiten. Sería una gran ayuda ahora y en el futuro.
