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Concluye la odisea verde

la expedición del Coruxo, recién aterrizada en su vuelo chárter desde Granada.
photo_camera la expedición del Coruxo, recién aterrizada en su vuelo chárter desde Granada.
El Coruxo aterrizó en Peinador ayer a las 20:00 tras 53 horas dando tumbos por España

Cuando el pasado sábado a las 5:00 de la mañana arrancó la expedición del Coruxo hacia Melilla, ningún futbolista o miembro del cuerpo técnico se imaginaba que estaban a punto de embarcarse en un rocambolesco viaje con tres vuelos, una travesía en barco y varios trayectos en autobús que ayer a las 20:00 concluyó por fin en Peinador. Y todo para no jugar.
El partido de la duodécima jornada del grupo 1 de Segunda B entre el Melilla y el conjunto verde, programado para el pasado domingo a las 11:30 horas, quedó suspendido por el temporal de viento que azotó la ciudad autónoma. De nuevo el equipo melillense frente un vigués, de nuevo una suspensión. El choque de la segunda jornada en Barreiro ante el Celta B quedó aplazado por la huelga de Iberia que impidió al equipo norteafricano llegar a tiempo a Vigo. Cosas de la proximidad geográfica.
Los problemas para el Coruxo no habían hecho nada más que empezar con la suspensión del partido. El mismo motivo que llevó al ayuntamiento de Melilla a cerrar todas las instalaciones municipales -entre ellas el estadio Álvarez Claro- impidió también que la expedición verde retornase a casa. Rachas de viento inasumibles para volar. Tocaba volver al hotel y esperar acontecimientos para ver cómo regresar a Vigo.
La primera solución era volar a Barcelona hoy por la mañana y permanecer siete horas en el aeropuerto de la ciudad condal hasta embarcar en un avión destino Vigo.
Finalmente, el club verde encontró la forma de acortar la llegada a casa 24 horas. La solución, Melilla-Motril en barco, Motril-Granada en bus y Granada-Vigo en avión.
Así fue. Con tres horas de retraso -estaba previsto que zarpase a las 7:00- salió del puerto de la ciudad autónoma el ferry que llevó a la península al Coruxo. Seis horas y media de navegación hasta atracar en Motril, a las 16:30. Allí esperaba un autocar para trasladar a la expedición al aeropuerto de Granada, donde embarcó en un vuelo chárter, que despegó a las 18:30 de tierra nazarí. Dos horas y media después, la aeronave aterrizó en Peinador. La odisea había terminado.
Los futbolistas, que pusieron al mal tiempo buena cara, acogieron con normalidad lo sucedido. Ahora les toca trabajar para ponerse a punto para el choque del próximo sábado, a las 17:00 horas en O Vao, frente a Las Rozas. No será fácil. Tras la exigencia física de la semana pasada, con el partido de Copa Federación en Salamanca, y estos tres días sin entrenar como es debido, los jugadores verdes se encuentran en una precaria condición. "Estamos bastante tiesillos", bromeaba un miembro de la plantilla.
Otro problema sin resolver es el partido que quedó sin disputar. Lo es porque el Coruxo tiene asegurado jugar entre semana bastante tiempo, con su pase a semifinales de la Copa Federación y su acceso a la Copa del Rey. A Melilla hay que volver. Y también que regresar.

De la felicidad del regreso, al campo de entrenamiento

El reloj marcaba las 20:15 cuando la puerta de llegadas del aeropuerto de Peinador se abrió y por ella apareció la expedición del Coruxo, recién aterrizada en su vuelo chárter desde Granada. El cansancio era visible en las caras de un grupo que comandaba su entrenador, Míchel Alonso, y que por fin volvía a pisar suelo vigués después de tres días en Melilla. Pero la jornada no acabó ahí para los verdes. Desde Peinador se desplazaron directamente a O Vao, pero no para recoger los coches, sino para entrenar. Hay que recuperar el tono físico lo antes posible.

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