Hace más de siglo y medio que el socialista Ferdinando Lasalle denominó Ley de Bronce del Salario a la teoría expuesta por el economista clásico David Ricardo que exponía que el salario del trabajador debería ser equivalente al de la esclavitud, destinado a permitir que conservase su capacidad de trabajo en los límites de la pura superviviencia, ya que si se subían los salarios se crearía una plétora de demandantes de empleo, y si se disminuía el salario el trabajador perecería irremediablemente. Huelga decir que estas teorías de Ricardo fueron puestas en práctica por los Gobiernos conservadores de Gran Bretaña con las consecuencias de la depauperación de las clases asalariadas y la explosión de un rosario de huelgas, protestas y motines en su lucha por la supervivencia que hicieron que el Ejército británico tuviera que abandonar sus acuertalamientos y vivaquear en plazas y calles de las ciudades fabriles para frenar la ola de protestas.
Don Mariano Rajoy Brey por su parte sigue apalancado en la subida lineal del 0.25 a las pensiones contributivas y los "agraciados" por tan considerada medida salen a protestar a la calle por semejante abuso de confianza. Porque el señor Rajoy se presentó en su día como especialista en arreglar crisis morrocotudas y, muy concretamente, en reparar los destrozos ocasionados por la incuria heredada de los gobiernos zapateristas. Se le creyó a pies juntillas y le votaron masivamente en su primera legislatura, que empleó en incumplir ostentosamente todo lo prometido. Afortunadamente no estamos en la desafortunada época de la explotación salarial referida al comienzo, sin embargo se ofrecen explicaciones para justificar el estancamiento de las pensiones, entre las más pintorescas cabe señalar que "actualmente los pensionistas viven muchos años". ¿Se tratará entonces de morir a tiempo y sin dar un pío más alto que otro? ¿Habrá que resignarse a perder un 40 % de poder adquisitivo tal y como señalan los economistas "académicos"del ala liberal?
De momento, los pensionistas salen a la calle. Y dicen que seguirán el tiempo necesario. Afortunadamente la paz reina en el país y no hay motivo de alarma. Sin embargo, el señor Rajoy debería comenzar a pensar en los razonamientos de los pensionistas. Le conviene.
