Cartas al director

Mayoría silenciada

 Nos hicieron creer que el mundo nos iba a devorar en lugar de enseñarnos que nosotros nos podríamos comer el mundo. Nos cortan las alas cuando queremos empezar a volar porque es mucho más fácil controlar el rebaño desde el suelo. Esta es la innegable verdad del mundo en el que, por desgracia ahora vivimos. Aprendemos a no soñar, nos disuaden de intentar salirnos de los moldes, dejándonos claro que el éxito es cosa de una minoría dentro de la que no nos encontramos. Quieren vernos temblando de miedo ante el futuro en vez de dirigiendo nuestro paso hacia él.
El talento nunca es suficiente, las ganas despreciables, la voluntad inservible. Si todo el mundo se quedara sentado esperando a ver qué pasa, te aseguro que ni unos pocos tendrían éxito. Ese lujo se les reserva a los que ignoran las voces que les hacen olvidar lo que son, personas fuertes que luchan por salir de sus límites cuando el resto no hacen más que reforzarlos. Y sin embargo, la mayoría de las veces, lo consiguen. 
La determinación es el motor que impulsa todo lo importante, porque cuando tú mismo crees en lo que haces hay pocas cosas que te puedan parar. 
El problema es precisamente este, que hay una mayoría silenciada que es incapaz de darse cuenta del valor de sus ideas, ideas que terminan desvaneciéndose en un cuerpo resentido por los intentos no realizados.