Cartas al director

Qué olvidemos el pasado para imponernos su deriva de actualidad...

 Ya lo decía Pablo Neruda en su día: Hay heridas que en vez de abrirnos la piel, nos abren los ojos.
Es esto último lo que debe imperar hoy para despertar de este sueño de verano, inducido y traicionero, que intentan que olvidemos el pasado y como manso rebaño, ya domesticado. Aceptemos su presente y su futuro incierto que hoy nos venden esta tropa y pacientes del nuevo comunismo, que les vale todo para conseguir sus fines, al amparo y cobijo de nuestra democracia. El acoso y sometimiento vulgar a que hoy intentan someter a la gente ya  rebasa todos los límites de tolerancia y está llegando a donde jamás sospechamos  que llegaríamos. Ya solo nos queda abrir los ojos y actuar antes que conviertan nuestro gran país en un cortijo inmoral y maloliente, dónde nuestra constitución y sus leyes sean papel mojado al servicio de mafias, logias y ONGs de tapadillo, que ellos protegen y financian para llevarla al llegadero y convertirla en un satélite más de la robo-lución bolivariana.
Hoy, ante este terrible despropósito que acosa a la patria, vienen a mi mente aquellas sabias palabras de don Arturo Uslar Prieti en su programa televisivo semanal, en Radio Caracas Televisión, Amigos invisibles: La Patria está en peligro, pero como nadie quiere escuchar sus quejidos, yo lo seguiré repitiendo hasta la saciedad.
Tal vez si repasamos nuestros cuarenta años de democracia, llegaremos a la conclusión  del célebre dicho: Toditos la mataron y ella solita se murió. Fueron sus paripés, soberbia y corrupción sus aliados traicioneros y también los artífices de un matrimonio de conveniencia donde el 'protégeme tú', se pagaba con el 'te protejo yo'. Era la ley imperante de los caciques de siempre, sin o con identificación política. Así llegamos hoy al pensamiento que, en su día Campoamor definió  en este mundo traidor, ya nada es verdad o mentira. Todo  será igual al cristal con que se mire.
Peligrosa deriva la que hoy vivimos, uno con sus complejos y cobardías, y el otro siempre fiel a su ADN marxista. Así forcejearon y triunfó el 'quién da más' para llevarse el gato al agua e imponernos su camino al abismo destructivo.
Esta ley de amnistía que intentan aprobar contra viento y marea, mucho me recuerda la vivida en Venezuela el 89 que le sirvió a los millones de indocumentados y a sus mafias  para legalizar sus fechorías delictivas. Asaltos, violaciones, robos y toda clase de pillaje, con okupación ilegal incluida de propiedades ajenas. 
De aquella amnistía nació espontáneamente el 'Sálvese quién pueda'. Sus desgraciadas consecuencias las está viviendo hoy aquel  entrañable y solidario país. Quienes tengan dudas de lo aquí afirmado, que revise las hemerotecas.
Todo aquel entramado delincuencial se fue gestando con la complicidad de los dos grandes partidos, AD y  COPEI. Algo similar al PP y PSOE, y la  mirada perdida por la opulencia  de una clase media y sociedad civil corrompidas por el ambiente que reinaba con la descomposición que fue creando la corrupción y la narco-guerrilla, que se extendió a todos  los niveles  de la sociedad con aquel famoso dicho: Cuánto hay pa eso, que terminaría socavando a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad, ya que todo aquel entramado tenía un precio. La descomposición social en marcha. Cualquier comparación con la España actual sonará a chiste de mal gusto. Cuando uno cuenta lo vivido allí, cuando alguien se alarmaba y muchos decíamos: Venezuela no es Cuba.
La realidad es tozuda y nos puede jugar una mala pasada. El que avisa no es traidor, pero la confusión puede hacer milagros desgraciados.