Las viviendas de uso turístico siguen subiendo, y ya hay casi 1.100 registradas en Vigo

Una vivienda rehabilitada para ser destinada a utilización turística en el Casco Vello vigués.
photo_camera Una vivienda rehabilitada para ser destinada a utilización turística en el Casco Vello vigués.
Propietarios se pasan al alquiler veraniego y los pisos para arrendamiento normal son ahora apenas medio millar, lo que ayuda a incrementar los precios

La vivienda en alquiler volvió a subir en Vigo durante el pasado mes de abril, un 7,5 con respecto al mismo mes del pasado año, comportándose de forma radicalmente distinta a la media de Galicia, en que se anotó un retroceso, y todavía más con respecto a la ciudad de Pontevedra, donde el arrendamiento se desplomó. En concreto, Galicia cerró abril en un precio medio de 5,42 euros por metro cuadrado, lo que supone un 1,09% menos que en marzo y una caída del 3,2% en comparación con el mismo mes de 2022, según datos del informe mensual de pisos.com. En Vigo, en cambio, se situó en 9,5 euros el metro cuadrado al volver a incrementarse los precios, según los datos de la federación gallega inmobiliaria (Fegein). 

 

 

La explicación estaría, por un lado, en la conocida reducción de la oferta, que no hace sino bajar al incrementarse al mismo tiempo de forma muy destacada el parque de viviendas turísticas (VUT), y por otro en la creciente inseguridad jurídica de los propietarios. Entre una cosa y otra, apenas hay medio millar de pisos disponibles (510 en el circuito de comercialización en estos momentos), frente al millar que estaban disponibles hace apenas unos años. En cambio, hay 1.055 VUT y subiendo, el segundo puesto de toda Galicia, tras las más de 2.000 que ya hay en Sanxenxo, en un crecimiento de la oferta que no parece tener punto final. “Lo que las viviendas turísticas tienen que hacer es cumplir con los estándares de calidad y servicio. Nos consta que hay viviendas de alquiler normal que por inseguridad jurídica se pasan a los servicios turísticos”, señala Dulcinea Aguín, presidenta de la asociación gallega del sector, preocupada por el “boom”. En la asociación están convencidos de que hay pisos que por sus características no deberían entrar entre los turísticos, pero sus propietarios encuentran ventajas y más tranquilidad. Por su parte, Benito Iglesias, de Fegein, mantiene la misma posición: “Cientos de personas se han pasado a las viviendas turísticas por su mayor seguridad jurídica, y eso ha hecho retroceder el parque de alquiler, que por ello sube con fuerza”, explica. El resultado, un incremento constante de los precios al contraerse de forma dramática la oferta. De momento, no hay una regulación ni municipal ni autonómica sobre los límites a esta modalidad.

En todo caso, lo ocurrido en Vigo no es una singularidad, sino justamente al contrario. El descenso que se ha dado en Galicia en el arrendamiento dista de las cifras registradas a nivel nacional, ya que en el total de España el precio del alquiler subió un 5,51% el mes pasado, hasta los 10,73 euros el metro cuadrado de media.

Por provincias, en A Coruña el precio medio fue de 5,39 euros, un 3,92% menos que hace un año, mientras que en Lugo se quedó en los 4,66 euros, un 0,21% menos. En Ourense, los ciudadanos pagaron de media 3,91 euros por metro, un 4,63% menos, así como en la media de la provincia de Pontevedra, que este precio fue de 7,13 euros, un 3,54 por ciento menos de promedio. 

Barcelona y Ourense, las capitales más cara y barata para el arrendamiento

A nivel nacional, el precio de la vivienda en alquiler cerró abril en 10,73 euros por metro cuadrado, un 1,13% más que en marzo y un 5,51% por encima de las cifras registradas en abril de 2022, siempre según el informe de pisos.com. Las regiones más caras para vivir de alquiler fueron Baleares, donde el precio del metro cuadrado se situó en abril en 15,44 euros, seguidos de los 14,30 euros por metro cuadrado de Madrid y de los 11,83 euros por metro cuadrado de Cataluña. Por el contrario, las más asequibles fueron Castilla y León, con el precio del metro cuadrado en 4,72 euros en abril; La Rioja, en 5,05 euros por metro cuadrado; y Extremadura, en 5,11 euros por metro cuadrado. En la comparación interanual, los alquileres se dispararon un 27,71% en Baleares, en tanto que en Navarra los precios cayeron un 17,53%.

Por provincias, Baleares también encabezó las zonas más caras, con el metro cuadrado en 15,44 euros, con una subida intermensual del 2,93% y del 27,71% interanual, seguido de las ciudades de Madrid y Barcelona, con el metro cuadrado en 14,30 euros y 14,05 euros, respectivamente. Las provincias con el metro cuadrado más asequible en abril fueron Cuenca, en 3,13 euros; Ciudad Real, con el metro cuadrado en 3,15 euros; y Ávila, en 3,38 euros por metro cuadrado. Por capitales de provincia, la más cara para vivir de alquiler fue Barcelona, donde el metro cuadrado se pagó en abril en 21,43 euros. En Madrid, se situó en 21,43 euros, mientras que en San Sebastián fue de 18,38 euros. Ciudad Real fue la capital de provincia más barata, en 6,06 euros. Le siguieron Orense, con el metro cuadrado en 6,31 euros, y Palencia, en 6,46 euros.

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