José Antonio Fernández Bouzas prácticamente vive en las Cíes, aunque no deja de visitar el resto de archipiélagos, con Ons, Cortegada y también Sálvora, por la que siente un especial amor, quizá por ser también la menos conocida y de acceso más complejo.
Está convencido de que el nuevo sistema de acceso al Parque Nacional, con reservas, ha sido un acierto y eso se puede comprobar en que pese a haberse completado el cupo -2.000 visitantes diarios y otros 700 campistas- la playa de Rodas presentaba un aspecto muy distendido. Prueba de que en las temporadas altas, como en agosto del pasado año, es más que probable que en las Cies hubiera el doble de personas de lo autorizado. “Pepín” se conoce palmo a palmo las islas, y también las viviendas levantadas antes de la creación del parque, y por tanto, privadas. En total cuenta nueve en la Norte -incluyendo la del camping y el bar-y tres en la sur, aunque sólo una habitada, la de la familia Conde.
¿Se podría abrir la isla Sur a las visitas?
Nunca se ha planteado y mejor que no. Vale como está, quizá para el buceo.
¿Ha cambiado mucho las visitas a las islas con los controles?
La gente lo agradece, creo que le gusta y se nota. La gente viene igual a las Cíes. Y no sólo por la playa. Están las salidas nocturnas a ver las estrellas, que tienen mucho éxito.
¿De dónde vienen los visitantes?
Entre los extranjeros, de Portugal, que son de casa: el 80 por ciento de todos los que no son españoles. Y después, italianos, franceses, ingleses, holandeses. También llegan a fondear, con todo en regla. Sin problemas.
¿En qué ha cambiado el visitante a Cíes?
Ha cambiado en que ahora ya no es tan estacional el turismo, que antes era de julio y agosto y poco más. Ahora tenemos visitas casi todo el año, de marzo a noviembre. Cíes es un Parque Nacional y la gente viene a conocerlo. Es un valor incalculable.
O sea, que no es sólo playa
No. El visitante ha cambiado mucho, es muy distinto al de hace 10 años, cada vez respeta más el entorno. Por ejemplo, hace dos años recogimos 50.000 colillas en la playa. El pasado año fueron la mitad y este muchas menos. Cambia el visitante como cambia la sociedad, y es para bien.
Destaca que las Cíes son lo que son también gracias al trabajo de personas en el pasado como el campamento de Pipo o Vapores, la naviera que comenzó a llevar turistas. Han comenzado a eliminar eucaliptos y sustituirlos por otras especies “aunque poco a poco, no podemos dejar desforestadas las Cíes”. En cuanto a la Isla Sur, pese a no tener visitantes, no está sola. “Hay vigilancia continua, vamos Parques Nacionales, Guardia Civil, Aduanas o Autoridad Portuaria".
