La Colegiata de Vigo es en realidad la Concatedral y ahora Basílica de Santa María, título oficial que se hará efectivo con la visita del nuncio del Papa: esperan su llegada antes de final de año para marcar una nueva etapa.
Don Moisés Alonso lo tiene claro: aunque la iglesia de Santa María sea desde 1968 Concatedral de Tui-Vigo y que este mismo año añada el título de Basílica, para los vigueses siempre será la Colegiata. Desde el pasado verano, el segundo templo de la Diócesis y primero de la ciudad ostenta oficialmente el título de Concatedral-Basílica de Santa María, lo que supone algunos cambios incluso físicos en el interior del edificio y ciertos privilegios: los fieles que el día del Cristo, el primer domingo de agosto, pasen por la Concatedral y cumplan con la liturgia recibirán a partir del próximo año la indulgencia plenaria como pasa en Santiago durante el Año Santo.
¿Supone todo esto un gran cambio para la iglesia bicentenaria? "Un cambio, sí, aunque estamos pendientes de que el nuncio del Papa confirme la fecha de su visita a Vigo para la celebración oficial, ya está constituida en basílica, pero la fiesta la celebramos cuando venga el nuncio, esperamos que sea antes de diciembre", explicaba ayer Moisés Alonso.
"Es una gran noticia la declaración, supondrá que tenemos la ventaja de que ciertos días está señalado que se logra la indulgencia plenaria por el Papa", indica el párroco, que está esperando a que la transformación se haga efectiva con la llegada de los símbolos que acreditan que la iglesia es una básilica: el sello con las llaves entrecruzadas, el conopeo que identifica a los templos con especial vinculación a la Santa Sede, o el tintinábulo, una campanilla que se usará en ocasiones solemnes, como la procesión de Corpus Christi.
Pese a todo ello, el párroco reconoce que no va a ser fácil que los vigueses se acostumbren, ni siquiera a su categoría como Concatedral. "La gente que viene cada día se ha alegrado del título, pero para todo el mundo en Vigo sigue siendo el Colegiata, desde 1497, y eso que dejó de serlo en el siglo XIX, pero ni Concatedral ni Basílica, la gente pregunta por la Colegiata, aunque el nombre oficial a partir de ahora es Concatedral-Basílica de Santa María".
La Concatedral ha acumulado noticias positivas, justo en el primero año en los últimos tres siglos en que no pudo salir a la calle la procesión del Cristo, una de las más populares del país. Destaca el párroco que la zona del atrio se va a mejorar con la reforma total de los edificios, muchos de ellos ahora en estado de ruina. "Hace unos años se arregló el Cristo, también hemos conseguido la copia del tímpano que presidía la entrada del antiguo templo románico, se van haciendo cosas, se van haciendo con tranquilidad", comenta. Eso sí, reconoce su orgullo porque desde ahora es la única basílica que hay en la Diócesis de Tui-Vigo, "así que a partir de ahora la Concatedral es única. Se lo merecía".
La consecución del título fue un empeño personal de Moisés Alonso, que en principio fue visto con cierta reticencia por el Obispado, aunque después se asumió e incluso se aceleró el proceso con una tramitación exprés, que este pasado verano concluyó con el visto bueno del Vaticano. A cambio del privilegio, desde ahora asume obligaciones tales como promover la formación bíblica, divulgar y estudiar documentos del magisterio del Sumo Pontífice, así como celebrar solemnemente la cátedra de San Pedro (22 de febrero), las festividades de San Pedro y San Pablo (29 de junio), el aniversario de la exaltación del Papa Francisco (19 de marzo), el de la concesión del título de basílica (en julio) y otra fecha que el obispado elija.
En esas celebraciones solemnes, la basílica viguesa podrá otorgar, en nombre del Papa, la indulgencia plenaria a quien visite el tempo y cumpla la confesión, comunión y oración por el Santo Padre. n
¿Supone todo esto un gran cambio para la iglesia bicentenaria? "Un cambio, sí, aunque estamos pendientes de que el nuncio del Papa confirme la fecha de su visita a Vigo para la celebración oficial, ya está constituida en basílica, pero la fiesta la celebramos cuando venga el nuncio, esperamos que sea antes de diciembre", explicaba ayer Moisés Alonso.
"Es una gran noticia la declaración, supondrá que tenemos la ventaja de que ciertos días está señalado que se logra la indulgencia plenaria por el Papa", indica el párroco, que está esperando a que la transformación se haga efectiva con la llegada de los símbolos que acreditan que la iglesia es una básilica: el sello con las llaves entrecruzadas, el conopeo que identifica a los templos con especial vinculación a la Santa Sede, o el tintinábulo, una campanilla que se usará en ocasiones solemnes, como la procesión de Corpus Christi.
Pese a todo ello, el párroco reconoce que no va a ser fácil que los vigueses se acostumbren, ni siquiera a su categoría como Concatedral. "La gente que viene cada día se ha alegrado del título, pero para todo el mundo en Vigo sigue siendo el Colegiata, desde 1497, y eso que dejó de serlo en el siglo XIX, pero ni Concatedral ni Basílica, la gente pregunta por la Colegiata, aunque el nombre oficial a partir de ahora es Concatedral-Basílica de Santa María".
La Concatedral ha acumulado noticias positivas, justo en el primero año en los últimos tres siglos en que no pudo salir a la calle la procesión del Cristo, una de las más populares del país. Destaca el párroco que la zona del atrio se va a mejorar con la reforma total de los edificios, muchos de ellos ahora en estado de ruina. "Hace unos años se arregló el Cristo, también hemos conseguido la copia del tímpano que presidía la entrada del antiguo templo románico, se van haciendo cosas, se van haciendo con tranquilidad", comenta. Eso sí, reconoce su orgullo porque desde ahora es la única basílica que hay en la Diócesis de Tui-Vigo, "así que a partir de ahora la Concatedral es única. Se lo merecía".
La consecución del título fue un empeño personal de Moisés Alonso, que en principio fue visto con cierta reticencia por el Obispado, aunque después se asumió e incluso se aceleró el proceso con una tramitación exprés, que este pasado verano concluyó con el visto bueno del Vaticano. A cambio del privilegio, desde ahora asume obligaciones tales como promover la formación bíblica, divulgar y estudiar documentos del magisterio del Sumo Pontífice, así como celebrar solemnemente la cátedra de San Pedro (22 de febrero), las festividades de San Pedro y San Pablo (29 de junio), el aniversario de la exaltación del Papa Francisco (19 de marzo), el de la concesión del título de basílica (en julio) y otra fecha que el obispado elija.
En esas celebraciones solemnes, la basílica viguesa podrá otorgar, en nombre del Papa, la indulgencia plenaria a quien visite el tempo y cumpla la confesión, comunión y oración por el Santo Padre. n
