El Ministerio de Sanidad inició en febrero los trámites para regular el uso medicinal del cannabis en España y para ello abrió un diálogo con distintos organismos y sociedades científicas. Es una medida que ya existe en países como Portugal, Reino Unido o Noruega, y que implica la posibilidad de elaborar y dispensar fórmulas magistrales elaboradas con determinados compuestos del cannabis para aliviar el dolor y el sufrimiento de los pacientes en determinadas patologías.
El Aula de la UNED en Vigo celebra entre los días 22 y 26 de este mes un curso titulado “Cannabis y cannabinoides: farmacología, terapéutica y riesgos” que entra de lleno en esta materia. El curso estaba ya planificado antes de que comenzase a desarrollarse el futuro Real Decreto y por tanto no tiene nada que ver con la decisión del Ministerio. Sin embargo, a raíz de esto sí cobra una mayor actualidad.
Será impartido por el doctor en psicología clínica y de la salud, experto en conductas adictivas y profesor de la UNED, Pablo González Romero, y participa también Bartolomé de Haro, que es entre otras muchas cosas el directo de la Federación de Asociaciones Cannábicas del Sureste.
El curso permitirá conocer los distintos principios activos que están presentes en la planta de cannabis, así como sus efectos terapéuticos y posibles daños tanto desde el punto de vista orgánico como psicológico. El profesor Pablo González señala que es una planta que se utiliza desde hace miles de años con fines terapéuticos, tal como reflejan escritos y tratados de medicina de la Antigüedad, pero es una faceta poco conocida por consumidores y por los propios profesionales sociosanitarios.
Explica que el consumo en las últimas décadas cambió radicalmente, al pasar a convertirse en un consumo eminentemente recreativo, mientras que en los siglos anteriores tenía un uso “estrictamente médico, terapéutico, religioso, chamanista y ritualista”.
Los principios que valen
Entre todos los cannabinoides de la planta, el principio activo que genera adicción y que es ilegal es el THC (tetrahidrocannabinol), mientras que otros cannabinoides como el CBD o el CBN son legales. De hecho, en los últimos años surigieron tiendas que venden productos derivados del CBD como aceites, pomadas o flores que se usan con fnes terapéuticos.
Según indica, en España la idea es que estos preparados se dispensen solo en farmacias hospitalarias por decisión del médico y será además el fármaco de última elección, cuando otras alternativas no funcionen o tengan un efecto muy ligero. En otros países, los pacientes obtienen la prescripción y los compran fuera del hospital.
“El uso recreativo es grave en menores de 21 años”
Alemania aprobó una ley que permite la tenencia de cantidades reducidas de cannabis para consumo propio y la plantación a pequeña escala. Se trata del uso recreativo, no del terapéutico. Aspiran a combatir el tráfico de esta droga en el mercado negro y reducir el riesgo sanitario.
El profesor Pablo González recuerda que en Holanda es legal desde los años 70 y no se tradujo en un aumento de consumo en menores y adultos. De hecho, asegura que en ese país es menor el uso de cannabis que en España. Afirma que no es partidario de generar alarma por la legalización en adultos (uso recreativo) o para personas con dolencias (uso terapéutico). En su opinión, la principal preocupación debe ser que no se banalice el consumo de ninguna droga en adolescentes. “Como sociedad nos deberá preocupar más que jóvenes de 14 y hasta 21 años estén consumiendo alcohol en grandes cantidades, cannabis y otras drogas porque aún no han desarrollado su cerebro, su sistema nervioso central, y en el futuro son más proclives a tener algún trastorno relacionado con la memoria, el aprendizaje, de sufrir alteraciones como depresión y ansiedad, además de los riesgos mientras están intoxicados”.
