MARTA DELFÍN Jefa de Servicio del centro de salud de A Doblada

“El triaje de primaria se creó por la cantidad de pacientes que vienen con supuestas urgencias”

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 Solo un 10% de los pacientes que acuden sin cita a los centros de salud son verdaderos casos urgentes.

El volumen cada vez mayor de personas que demandan asistencia fuera de la agenda programada (puede llegar hasta el 20% de los pacientes que se ven al día) motivó la necesidad de establecer el triaje en Atención Primaria. Es un sistema que funciona desde hace años en las Urgencias hospitalarias y que permite clasificar a los pacientes por colores en función de  su gravedad y decidir quienes deben tener prioridad a la hora de ser atendidos. Empezó a funcionar en abril de este año en el centro de salud de A Doblada y ya está implantado en la mayoría de los centros de Primaria del área sanitaria viguesa. Es una iniciativa pionera en Galicia y que ya existía en otras zonas de España, como Cataluña, País Vasco o Andalucía.

¿Qué papel tuvo el centro de salud de A Doblada en el triaje?
Nosotros lo pilotamos y nos encargamos de hacer el protocolo en los meses de febrero y marzo de este año. Empezó a funcionar en abril. Primaria estaba soportando una alta carga asistencial provocada por la solicitud de asistencia sin cita, lo que los pacientes llaman “urgencias”, pero más del 90% son procesos banales pero que por no conseguir cita en el día, porque no la pidieron o porque aguantaron ocho días un dolor en el dedo y van “urgente” al noveno día.

¿Cómo les afecta esta demanda de atención fuera de agenda?
Sobresatura nuestras consultas, porque nosotros tenemos una agenda citada al completo la mayor parte de los días y esto viene a mayores. Es un mal uso del sistema sanitario y deteriora la calidad de la asistencia. Si tú tienes una agenda con pacientes citados cada siete minutos y le metes diez pacientes por encima los minutos  que tienes para atenderlos se reduce a 3 o 4 minutos, con lo que pierdes tiempo de reflexión para tomar decisiones, la asistencia es precipitada. Esto hizo que tuviésemos la necesidad de reorganizar esta demanda sin cita, estableciendo prioridades de atención según la urgencia del proceso.
¿Cómo funciona el triaje?
Empieza en el área administrativa. Al paciente que llega le dan cita para otro día pero él dice que no puede ser, entonces intentan averiguar el alcance de su malestar para ver si puede esperar a la primera cita disponible. Si dice que no, se activa el protocolo. Hay situaciones que se tienen que atender de inmediato, si el paciente viene muy mareado, con un dolor torácico, o lo traen familiares alertando de algo que le ha pasado o el 061, o tiene EPOC y no respira. Esa es una urgencia real, un código rojo. Pero hay otros procesos que no lo son. El administrativo les da cita con el médico y la enfermera, con el suyo y si no está se reparte a partes iguales entre las otras consultas.
¿Cuál es el papel de la enfermera en el triaje?
La enfermera es la que le atiende primero. Indaga qué le pasa y hace una serie de revisiones: le toma la fiebre si es un catarro, ve la saturación de oxígeno si es un problema respiratorio o mide el azúcar si es un diabético de tal forma que cuando llegue a la consulta del médico tenga ciertas constantes tomadas. La enfermera clasifica a ese paciente. Si es verde es un proceso banal, tiene que esperar a que nosotros lo podamos ver y en ocasiones su propio médico le dice que pida cita para otro día. El código naranja hay que verlo una vez que salga el paciente que está en consulta o en media hora más o menos. Esto nos ayuda a que un paciente que aparece diciendo que tiene algo urgente y luego resulta que es banal no pase por delante de pacientes que han pedido cita y que muchas veces están peor. Nos vale para priorizar y para educar.

¿Ocurre también en pediatría?
Esta sobrecarga asistencial la tenemos todos, pero ellos más porque muchos padres van al pediatra, con cita o sin cita, ante cualquier proceso banal y muchas veces empujados por los propios centros educativos. Muchas escuelas infantiles no toleran a un niño con mocos en la clase (otra cosa es que tengan fiebre o esté vomitando), cuando toda la vida esos niños convivían con los otros y es una forma de desarrollar resistencias. Llaman a su madre para que lo recoja y la madre lo que hace es ir al pediatra. Antiguamente la madres tenían una cultura sanitaria mucho más desarrollada, sabían cuando dar un antitérmico o una dieta en caso de diarrea.
 

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