Episodios vigueses

El singular Jovito Lavandeira y sus iniciativas en el mundo de la hostelería y el turismo

Jovito Lavandeira, el hombre de Samil.
photo_camera Jovito Lavandeira, el hombre de Samil.

Entre los personajes que esta ciudad no debería olvidar y que, con justicia, por su amor a Vigo y a su desarrollo, merecerían una calle, se encuentra el empresario Jovito Lavandeira, a quien se debe la construcción del hotel de Samil y de otras iniciativas en el ámbito de la hostelería y el turismo. Habrá pocos vigueses que sabrán hoy quien fue, y por eso se lo vamos a contar aquí. En 1963, en aquellos años de euforia y crecimiento urbano de Vigo, se inauguraba una cafetería que representaba el no va más de la modernidad: Flamingo. Su promotor era un joven e inquieto empresario en cuya cabeza bullían cientos de ideas, luego de haber viajado por el mundo, para convertir Vigo en un gran centro de actividad turística internacional. Pero su gran proyecto era el que luego sería Hotel de Samil, que pudo desarrollar en gran parte, pero no en toda.

Según el inicial proyecto de Lavandeira, cuyo relato en aquel año de 1963 seguimos, su “Gran Hotel” constaría de tres categorías: Especial, A y B, acotando una zona para bungalows entre los pinos, con salida directa a La playa En sus terrazas instalaría sombrillas, al igual que se ven en los grandes hoteles de las playas del Adriático. Dispondría de piscinas, una infantil y otra de dimensiones olímpicas, para que incluso pudieran ser montadas competiciones de natación. No faltarían campos de tenis, de baloncesto, golf, etc. En el hotel se celebrarían grandes fiestas de verano, con participación de las primeras figuras mundiales del canto y de la danza. Dispondría de guardería infantil, y de otra diversidad de atracciones, servicios y 'comodidades, que lo convertirían en uno de los primeros de la España turística.

Jovito no sólo era un soñador Tenía proyectos bien pensados. Para el hotel de Samil se había inspirado en otra obra suya anterior, pero que quería mejorar, el hotel construido en Mar del Plata (Argentina) En una entrevista, de aquel año de 1963, declaraba “Yo, que he recorrido el mundo entero, me doy perfecta cuenta de que no existe nada comparable a esta zona de Samil. Quizás se le parezca la ruta de Sao Paulo a Santos, pero Galicia la aventaja en su clima”. No obstante, su gran proyecto para convertir Samil en una zona turística internacional, que pudiera codearse con los grandes establecimientos del mundo, tenía, según Lavandeira, el único hándicap del clima y la lluvia.

Pero, pese a ello, auguraba un alto rendimiento para inversiones como la que pretendía realizar en Vigo y reclamaba el concurso de los inversores locales para hacer ellos lo que, según se quejaba, vienen a explotar desde fuera, aprovechando las riquezas naturales de Galicia. “Quiero hacer un llamamiento –dijo entonces-- al capital privado para que contribuya a este proyecto. Por mi parte, estoy dispuesto a colaborar con otras personas, si se deciden, de la manera que sea, con todo aquello que pueda servir al engrandecimiento de Vigo, que es engrandecer a España”.

Lo cierto es que el sueño de Jovito se hizo realidad, y aunque el hotel por él promovido no llegó a perdurar medio siglo, el completo que hoy se levanta en aquella zona donde estuvo el Gran Hotel recoge en gran medida aquella idea. Pero que quede anotada en la crónica de aquellos días, que aquel gran establecimiento de la fachada litoral de Vigo fue inaugurado el 29 de agosto de 1968 por el ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga, y al alcalde de Vigo, Rafael Portanet. Aquel día, Lavandeira contó las dificultades que hubo de superar hasta aquel momento y dijo que en apenas el mes y pocos días que su hotel llevaba abierto ya lo habían visitado clientes de todo el mundo, con la esperada rentabilidad para la inversión. En el año 2005, el Ayuntamiento no aprobó la petición de ampliación de la concesión para la reforma que permitiera al hotel mantener as cuatro estrellas y se originó el declive económico del mismo. Por fin en marzo de 2016 cerraba para siempre y sus 135 habitaciones, sus salones, sus espacios dejaron de tener actividad. Pero la iniciativa de Jovito Lavandeira y los servicios a Vigo de su sueño convertido en hotel no se deben olvidar.

Te puede interesar