¿Sabías que Francia e Inglaterra ambicionaron anexionar la Ría de Vigo?

Ramón Patiño, con el libro que presentará el próximo martes.
photo_camera Ramón Patiño, con el libro que presentará el próximo martes.
El historiador y arqueólogo Ramón Patiño presenta su última publicación el próximo martes en el Instituto de Estudios Vigueses

“Descripciones de la Ría de Vigo de 1500 a 1800”, de Ramón Patiño, recoge una serie de documentos poco conocidos donde aparece nombrada la bahía. “Son papeles que encontré mientras buceaba en archivos históricos de Simancas o Madrid, buscando información para mis investigaciones”, afirma el historiador y arqueólogo, uno de los que mejor conoce los secretos que esconde la Ría. “Hay dos hechos claves que la situaron a nivel internacional, la llegada de ‘La Pinta’ con el anuncio del descubrimiento del nuevo mundo en 1493 y la batalla de Rande, en 1702, que no fue tanta batalla como dicen”.

Patiño destaca un detalle que tilda de “curioso”: la actividad surgió alrededor del puerto de Baiona, pero a partir del siglo XVI, la aldea de Vigo se impuso a localidades de mayor importancia de la Ría, como la propia Baiona, Redondela, Cangas, Bouzas o Teis, estos últimos actuales barrios de la ciudad. Según Patiño, las facilidades para afincarse a comerciantes extranjeros fue la clave para el desarrollo local. “Baiona era el único puerto que tenía permiso para desembarcar mercancía al ser una villa de realengo y contar con inspectores de Hacienda para cobrar impuestos”.  Añade que “en Teis fondeaban muchos barcos ingleses, que fueron los primeros en aspirar a la Ría”. Así, su apoyo a Portugal en la guerra de Restauración (1640-60) contra el dominio de la Corona española se condicionó a la conquista de la bahía de Vigo y su posterior entrega para control inglés. Unos años más tarde, en 1668, un almirante francés propone a su monarca, Luis XIV, anexionar la Ría, canjeándosela a España por territorios en Flandes, después de haber comprobado su profundidad de fondeo.  “Si alguna de las dos propuestas llegasen a fructificar, ahora hablaríamos en inglés o en francés, la de Vigo era una costa muy cotizada, como ahora, era un refugio natural para los barcos que navegaban de norte a sur y viceversa en el comercio con América que siempre tenía que pasar por Sevilla o Cadiz, los temporales siempre traían las naves hasta aquí, lo primero que veían eran las Cíes, entonces llamadas las islas de Baiona”.

Uno de los motivos que hacía tan atractiva la bahía era la falta de cañones. A partir del siglo XVI, la monarquía española consciente de la importancia de las costas gallegas, encargó estudios para determinar las mejores ubicaciones para instalar baterías de defensa. Uno de ellos, Hernando Colón, un hijo ilegítimo de Cristóbal Colón. Finalmente, se colocaron defensas en A Guía, Punta Subrido (Cabo Home) y en A Laxe. “Se colocaban donde se creía que podían fondear los barcos; el concepto de puerto entonces no era como el actual, no había muelles, un lugar protegido de los vientos donde echaban el ancla y descargaban en chalupas”.

En 1560, la fecha en que Vigo dejó de ser aldea

 

Ramón Patiño da una fecha exacta en la que Vigo dejó de ser aldea, 1560. “En ese año se publicó una ordenanza municipal que legislaba que las calles debían ser pavimentadas, no de tierra, y cómo comportarse, sin tirar agua por las ventanas”.

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