La venta de aves (pollos, gallinas ponedoras, etc) para autoconsumo ha bajado en los últimos meses debido a la obligatoriedad de registrar incluso las explotaciones domésticas de acuerdo con el Real Decreto 637/2021 por el que se establecen las normas básicas de ordenación de las granjas avícolas. Esta normativa se hizo efectiva a mediados del año pasado pese a las objeciones del Gobierno autonómico, que presentó cerca de 40 alegaciones a este decreto para evitar que este tipo de explotaciones, pequeñas y esencialmente familiares y que no producen ningún rendimiento económico, quedaran exentas de tener que figurar en el registro general de explotaciones ganaderas.
Así, desde principios de 2023 el censo de explotaciones avícolas de autoconsumo tanto en Vigo como en toda la provincia de Pontevedra pasó de sumar 0 y 8 corrales domésticos registrados a 198 y 5.688 a mediados de febrero, según los últimos datos disponibles aportados por la Consellería de Medio Rural. Esta obligación está haciendo que muchas familias que criaban pollos de engorde o gallinas ponedoras para autoabastecerse de carne y huevos se planteen dejar de hacerlo, desalentados por los trámites burocráticos. Así lo ratifica Fernando, que regenta junto a su madre Josefa la tienda Beade Agrofita, donde cada mes venden aproximadamente unos 900 pollos, sobre todo, a compradores de toda la vida y vecinos de la zona, a los que ayuda con el papeleo –la Xunta autorizó a este tipo de tiendas a hacerlo–: “Muchos ya nos dicen que van a dejar de criar, que no les vale la pena todo esto”.
Por otra parte, Fernando advierte que tiene pendiente “al menos un centenar” de nuevas solicitudes de registro, por lo que el censo seguirá creciendo en los próximos meses. De hecho, según los datos de Medio Rural, el mes de febrero fue el que más nuevas inscripciones hubo en toda la provincia, con 2.295. Se estima que el número de corrales de autoconsumo es mucho mayor tanto en Vigo como en la provincia, por lo que el censo seguirá creciendo, aunque no hasta llegar a la cifra real debido a estas reticencias.
Pero la normativa estipula que cada compraventa de aves debe ir asociada a uno de los corrales inscritos en los registros de Medio Rural para que los técnicos puedan hacer una correcta trazabilidad en caso de registrarse algún caso de gripe aviar o similares, como esgrime el Gobierno en el Real Decreto. Por esta razón, comenta Fernando, las ventas de pollos están disminuyendo en los últimos meses. Preocupa que, como consecuencia, los que se nieguen a registrar sus corrales acaben consiguiendo aves por métodos clandestinos y, por lo tanto, mucho más inseguros.
“Con las gallinas en casa no gastamos dinero en huevos”
Una de las 198 explotaciones avícolas de autoconsumo registradas en Vigo es la de María, que cuida en su casa cerca de una decena de aves de corral. Esta vecina explica las ventajas de contar con este gallinero familiar: “No gastamos dinero en huevos y el pollo que comemos es de casa, que siempre sabe mejor”.
En cuanto se enteraron de la obligación de registrar el corral en el censo de explotaciones ganaderas, en esta familia no dudaron en regularizar la situación en cuanto pudieron, ya que el cuidado de estas aves es prácticamente tradición familiar que ha pasado de una generación a otra. Y aunque los trámites burocráticos “siempre son un poco complicados”, sólo hay que hacerlos una vez y ahora ya cuentan con el número de registro con el que pueden adquirir más aves en las tiendas especializadas.
