La Gran Vía de Vigo está de estreno. Tras muchos meses de trabajo, el sistema de rampas mecánicas finalmente se puso ayer en funcionamiento siendo posiblemente la obra más destacada del proyecto municipal Vigo Vertical. Abel Caballero, seguido por la presidenta de la Diputación, Carmela Silva; el delegado de Zona Franca, David Regades; y varios concejales, lideró la “expedición” que inauguró la rampas durante la mañana de ayer.
“Llegó el momento de lanzar nuevos sistemas de movilidad. Hoy cobra realidad una obra excepcional que combina con el medio ambiente, el ‘Vigo verde’. Retomamos esta avenida para que sea de la forma que queremos: llena de verde y transformándola en una zona ecológicamente densa en el corazón de la ciudad”, afirmó Caballero tras recorrer las rampas que se sitúan en el bulevar entre las calles María Berdiales y Venezuela. En este sentido, el regidor vigués también recordó que esta estructura no el proyecto completo que deseaba implantar el Concello de Vigo en Gran Vía: “Es una pena que no pudiésemos llegar a Plaza de España porque la Xunta de forma discrecional nos paró la obra. No nos dejó hacer el resto de la subida, que está ahora en tramitación y que ya haremos. Dentro de poco se va a abrir la Cidade da Xustiza y queríamos que estas rampas llegasen hasta allí”, dijo Caballero.
La obra incluye varios tramos de cintas mecánicas para salvar una pendiente del 10%, como indicó el alcalde, reconociendo que “Vigo tiene una difícil orografía y hoy en día no nos permitirían abrir calles como estar, por eso es necesario poner en marcha sistemas de movilidad”. Las rampas se suman a otros proyectos como ascensores o escaleras mecánicas aglutinados bajos el paraguas del programa Vigo Vertical, una iniciativa municipal de la que el regidor se mostró muy orgulloso. En el caso del sistema instalado en Gran Vía, éste contó con un presupuesto superior a los 5 millones de euros cofinanciados por la Unión Europea a través de Fondos FEDER.
Para protegerse de las lluvias, las rampas cuentan con el elemento más llamativo –y polémico– de la obra: los numerosos arcos geométricos de colores que cambian de tonalidad de un extremo a otro de esta singular estructura. El proyecto se completa con elementos vegetales de distintos tipos que también juegan con el cromatismo de los arcos, varios bancos, esculturas, una fuente ornamental, jardines verticales, o una pantalla de luces LED de gran tamaño que proyecta imágenes en el tramo más alto de la estructura.
La inauguración también contó con un momento musical con la participación de un pianista que interpretó diversas composiciones como “Nuvole Bianche” de Ludovico Einaudi o el “Himno de la Alegría” de la Novena Sinfonía de Beethoven en un claro guiño a la participación de la Unión Europea en la financiación de este proyecto. “Estamos lanzando el Vigo del siglo XXI y seguiremos”, finalizó Abel Caballero.
