Fiestas

En Portugal eligen Vigo como su ciudad para fiesta y ocio

Una portuguesa, este fin de semana, de despedida de soltera.
photo_camera Una portuguesa, este fin de semana, de despedida de soltera.
Celebrar en Vigo las despedidas de soltero se ha convertido en algo habitual en el norte luso, de Oporto hacia el Miño

No va a ser una sorpresa para nadie, pero definitivamente Vigo se ha consolidado como un destino preferente de ocio y fiesta para los vecinos del otro lado del Miño. No solo en verano en las playas y en invierno en Navidad, sino durante todo el año en los fines de semana para toda clase de celebraciones. Destacando sobre todo las despedidas de solteros, con viajes organizados por agencias que incluyen espectáculos y hotel. Este sábado y domingo coincidieron varios por las calles, visibles por el centro con grupos de jóvenes ataviados para la ocasión, una de las etapas de la gira con Vigo en el centro. Un negocio redondo para las organizaciones, para los hoteles y también para los locales de noche, según reconocen sus representantes. 

El tour por Vigo para los jóvenes lusos es completo, e incluye alojamiento, con hotel para grupos de 8 a 10 personas, tanto hombres como mujeres. En cuanto a los precios, depende del paquete, pero lo normal suelen ser unos 100 euros por cabeza, en función de los servicios que se demanden. La asociación de locales de ocio nocturno señalaba que trabajan mucho con las despedidas con las agencias en Portugal y esta política, que se mantiene desde hace al menos tres años, tiene éxito.

En verano, Vigo y Sanxenxo mantienen el pulso por esta clientela, pero el resto del año los portugueses apuestan por la ciudad por su proximidad y por las posibilidades que ofrece. Como ya señaló este diario, una agencia especializada en despedidas de soltero en Vigo que se anuncia como la de “mayor variedad de servicios, con múltiples actividades como humor amarillo, cenas privadas, alojamientos y un sin fin de posibilidades” coinciden que  Vigo está de moda en Portugal, como se puede comprobar en Navidades y también en verano, con miles de visitantes del país vecino, en especial en las playas: “Nos están invadiendo, sobre todo del norte de Portugal, les gusta”. En lo que insiste es en que por lo general  suelen ser clientes respetuosos, “bastante tranquilos. Los llevamos de un lado a otro y los perdemos de vista a las 5 de la mañana”, indican.

De vez en cuando hay desmadre, cuando la fiesta se desborda y eso ocurrió cuando un grupo de jóvenes portugueses se llevó a su piso turístico una escultura en Vía Norte después de haberla arrancado a patadas, lo que obligó a la actuación de la Policía Local. Pero se trata de un hecho puntual y que se considera “por completo anecdótico”.

Te puede interesar