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Un polizón del petrolero: “Prefiero morir antes que volver a mi país”

El ‘Harald Maersk’, ayer, en el último día de estancia con polizones en el muelle de Trasatlánticos.
photo_camera El ‘Harald Maersk’, ayer, en el último día de estancia con polizones en el muelle de Trasatlánticos.
El joven que intentó escapar del petrolero atracado en Vigo estaba “desesperado y muy nervioso, dispuesto a tirarse al agua”, relata el ambulante que intercedió para calmarle

Nervioso y dispuesto a tirarse al agua para evitar volver al barco, uno de los tres polizones del ‘Harald Maersk’, que hace unos días intentó fugarse, aseguró entonces que “prefiero morir antes que regresar a mi país”. Fue un ambulante senegalés quien actuó de mediador e improvisado traductor  en el momento en el que el pasajero clandestino era interceptado junto al muelle del Club Náutico. 

“Estaba desesperado”, relataba ayer el ciudadano senegalés a este periódico. “Lo vi correr por el muelle y después me avisaron para que ayudara a los agentes ya que el chico sólo habla en francés”, explicó. Una vez cerca del polizón, “muy joven”, “traté de calmarle. Él se quitó la ropa, porque al verse acorralado quería tirarse al agua, pero yo dudaba de que supiera nadar”, comentó.  El vendedor ambulante entonces se apresuró a advertirle de que “era muy peligroso, que no lo hiciera, podía morir”. Para convencerle, “le expliqué que no merecía la pena, él pedía quedarse, no quería volver a su país y  reclamaba que le detuvieran, pero insistí en que de todas formas le iban a devolver al barco, que no hiciera tonterías”.

Este inmigrante, que según dijo, no lleva demasiado tiempo en Vigo, confirmó que el polizón “no estaba agresivo, ni violento, sólo nervioso, pero una vez que entendió que no tenía otra opción y que era realmente peligroso, decidió vestirse y entregarse sin oposición”. Después de aquello, el ambulante no volvió a saber nada del joven pero se mostró preocupado por su situación y la de los otros dos compañeros.

“Llevan muchos días metidos en el barco”, comentaba. Junto a este inmigrante, que prefirió mantenerse en el anonimato, otro grupo de compañeros senegaleses coincidían en pedir ayuda para los tres pasajeros clandestinos. “¿No hay ninguna organización que pueda intervenir?”, preguntaba uno de ellos, mientras aseguraba que “cuando una persona sale de su país en esas circunstancias es porque realmente está muy desesperado”.
Hablaban por propia experiencia y aseguraban que su situación en España es “algo mejor” que en Senegal, aunque aún luchan por un futuro mejor. “Ellos quería llegar a otro país”, explicaron.

La repatriación se producirá hoy desde el aeropuerto de Peinador

 Los trámites para poder desembarcar a los tres polizones en Vigo con el objeto de llevar a cabo una repatriación vía aérea se han prolongado durante once días. La naviera Maersk, después de que España denegara la entrada al país de estos ciudadanos, realizó los contactos oportunos con la Embajada de Guinea Conakri y ayer mismo, la Subdelegación del Gobierno daba la autorización necesaria para enviar de vuelta al país de origen a los tres pasajeros clandestinos desde Peinador.
El avión tiene su salida prevista a las 12,00 de la mañana, por lo que el desembarco de los polizones no se hará hasta los momentos previos a su traslado al aeropuerto, confirmaron fuentes policiales. Una patrulla de la UPR será la encargada de custodiar a los tres ciudadanos guineanos hasta su embarque.
Desde ese momento, el petrolero podrá partir de Vigo rumbo hacia Holanda, que era el lugar al que se dirigía  cuando detectó la presencia de estos tres ciudadanos indocumentados.

Un mes y seis días en el interior del barco 

Los tres polizones que llegaron a Vigo hace más de una semana en el petrolero “Harald Maersk”  han permanecido un mes y seis días en el interior del buque. El pasado 12 de enero, burlaron los controles y accedieron al barco, cuando se encontraba en su país Guinea Conakri. Permanecieron ocultos hasta el día 28, momento en el que la tripulación les descubrió en aguas de Gibraltar. El trayecto se complicó y llegaron a pelearse entre ellos, acabando aislados en camarotes individuales tras un atraque de urgencia en el puerto vigués. 
Las autoridades de Extranjería y Fronteras les sometieron a examen médico y comprobaron que se encontraban en buen estado. Durante este tiempo, se han producido inspecciones rutinarias para ratificar que en el barco se les proporcionaba todo lo necesario y se les garantizaban sus derechos hasta la repatriación.

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