“Perregrinos” en el Camino Francés por una buena causa

La viguesa Susana con una de sus perra y varios de los integrantes del grupo de “Perregrinos” en uno de los mojones.
photo_camera La viguesa Susana con una de sus perra y varios de los integrantes del grupo de “Perregrinos” en uno de los mojones.
Un grupo de 36 personas acompañadas por sus 33 perros recorren la ruta jacobea para apoyar a la protectora La Isla de Tali 

Más de una treintena de peregrinos acompañados de sus perros salieron el miércoles de Sarria para hacer la segunda edición de “Perregrinos”. Esta es una iniciativa que surgió de dos activistas defensoras de los animales y de su deseo de apoyar a protectoras y santuarios. Serán cinco etapas del Camino Francés en las que participan 36 personas procedentes de diferentes puntos de España acompañadas de 33 perros de diferentes razas y tamaños. La iniciativa incluye la venta de camisetas y la recaudación de donaciones que en esta ocasión estarán destinadas a la protectora y santuario La isla de Tali, de Nigrán. En la primera edición los beneficiarios fueron la viguesa Tú Eres Nuestra aAyuda y Ohana, de Meaño. 

Las impulsoras de este proyecto, la viguesa Susana y la coruñesa Andrea, se conocieron a través de las redes sociales. Ambas tienen cuentas en Instagram en las que sus perros son los grandes protagonistas, con 46.000 seguidores en el primer caso y 18.300 en el segundo. A través de esta amistad nacida en internet, ambas decidieron apoyar a las protectoras y su trabajo, dándoles más visibilidad, con esta iniciativa en la que se aúna el amor a los animales, el deporte y uno de los caminos más universales, como es el de Santigo. 

El objetivo es que “haya una continuidad en el tiempo y que cada año podamos apoyar a una protectora diferente”, explica Susana poco antes de iniciar la segunda edición. La elección de las protectoras se basa “en que conozcamos su trabajo y sepamos que lo que recaudamos será destinado a los animales”. 

En esta ocasión el recorrido está dividido en 5 etapas diferentes de unos 22 kilómetros cada una. Encontrar alojamiento “fue lo más complicado, pero como alquilamos los albergues completos, al final lo conseguimos”, asegura. Además, una de las condiciones para poder participar en esta ruta jacobea “Perregrina” era que los perros durmieran en un transportín “para evitar que haya mucho lío por la noche. Además, si ladra alguno, no hay problema, ya que estamos nosotros solos en el albergue al tenerlo alquilado entero”.

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