“Hay ostras todos los días. Estábamos los 365 días al año y somos ya la cuarta generación. Volvemos con fuerza”, asegura José Rodríguez, ostrero que forma parte de toda una saga familiar con fuertes raíces en la Rúa Pescadería: es hijo de la histórica ostrera Isabel Seoane. Las ostras regresaron a pie de calle, toda una tradición que también se paralizó por la crisis sanitaria. “Regresamos el día 1 de julio y la cosa todavía va poco a poco”, asegura Fernando Martínez, otro de los ostreros que volvió a la actividad en el corazón del Casco Vello.
A la espera de que el fin de semana revitalice la llegada de turistas y comensales, la apertura de fronteras y el inicio de las vacaciones estivales anima a los ostreros –los hombres han tomado el relevo a una profesión desempeñada tradicionalmente en Vigo por mujeres– de la popularmente conocida como Calle de las Ostras: “Los primeros días funcionan un poco de toma de contacto y esperamos que en la segunda quincena de julio haya más comensales”, admite José Rodríguez. José no estará solo en este regreso, ya que desde hoy su madre se reincorpora para estar “al pie del cañón como siempre hizo”.
Tras unas “vacaciones largas”, como llama Fernando Martínez al periodo que pasó en confinamiento, los primeros turistas no perdieron la oportunidad de degustar ayer las delicias de la Ría. Alberto y Nuria, junto a sus hijos David y Leire, son de Cuenca y visitaron Vigo por primera vez. “Nos quedaba pendiente esta visita. Todavía hay tranquilidad y se puede hacer turismo con total seguridad”, cuentan. Inma y Jesús, de Mallorca, también comieron ayer en la Calle de las Ostras: “En Galicia se come muy buen. Las otras y las zamburiñas están buenísimas”, reconoce Inma.
Diego Penedo y Fernando Martínez.
“Tenemos que volver a esta normalidad relativa después de unas vacaciones muy largas, queremos que lleguen turistas”
José Rodriguez, hijo de la ostrera Isabel Seoane.
“Somos una tradición en la ciudad y sería una pena que se pierda.vamos a seguir al pie del cañón como hicimos toda la vida”
Alberto, Nuria y los pequeños David y Leire, de Cuenca.
“la visita a vigo quedó pendiente la anterior vez. galicia siempre es una maravilla y comer aquí también, se puede hacer con total seguridad”
Jesús Redondo e Inma Vallespir, de Palma de Mallorca.
“en galicia se come muy bien y siempre es un placer hacer alguna visita. las ostras y las zamburiñas que comimos estaba exquisitas”
