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El nombre de Vigo era Vico, no Vicus

La excavación de los depósitos de salazón de la calle Marqués de Valladares.
photo_camera La excavación de los depósitos de salazón de la calle Marqués de Valladares.

El investigador César González Crespán mantiene que todas las pruebas señalan que Vigo nunca fue Vicus, sino Vico y que O Berbés procede de Burbida, el nombre romano para el puerto.

En el Itinerario Antonino, en relación a las vías romanas nº XIX y XX de la numeración de Saavedra, ambas desde Braga hasta Astorga, no aparece ningún lugar llamado Vicus, en ninguno de los códices parisiensis, vindobonensis o laurentinianos. El nombre semejante es Vicos, “Vico Spacorum” o “Vicos Pacorum”, en uno de los códices. La compilación de Wesseling tampoco hace mención a ningún Vicus, sino a Vico Spacorum. No he encontrado en otros documentos antiguos, como por ejemplo las donaciones reales a los monasterios, de la Biblioteca Catedralicia de Tui, mención a Vicus, sino a Vico, por ejemplo Ecclesiam etiam Sanctae Mariae de Vico, referente a la ex-colegiata con-catedral de Vigo. Documentos medievales posteriores hacen referencia a Vigo.

Los nombres de los lugares cambian con el paso del tiempo, o incluso se los lleva el viento, consecuencia de la suerte que sigan las ciudades o lugares nombrados, y de la lengua que tengan los nuevos ocupantes en el tiempo. El Itinerario de Antonino tiene también números, porque en eso consisten las vías romanas, y cualesquiera otras, nombres de lugares y números para las distancias. Los números, las distancias, permanecen. Los movimientos de la tectónica de placas se realizan en períodos de millones, no de miles, de años. Son más fiables los números que las palabras. 
En consecuencia, la deducción de los lugares, se hace a partir de las relaciones matemáticas de los números que dan las distancias.
Las geometría de Pitagóras, con sus cuadraturas o paralelismos y triangulaciones, era bien conocida por los romanos, resolviendo bien las mediciones de distancias, así como las mediciones de ángulos, o arcos de círculo, puesto que disponían de aparatos para medirlos, tales como goniómetros, transportadores y dioptras. También disponían de cuerdas (estadias), y odómetros acoplados a las ruedas de los carros para medir distancias, que también podían ser calculadas por conteo de pasos, dobles o simples, y de pies, todos calibrados.
Sólo las mediciones terrestres, correctamente ajustadas en los lugares adecuados, son las que nos permiten encontrar y validar topónimos, y no al revés. La no resolución de las vías romanas XIX y XX es consecuencia de la no adopción de principios adecuados en el razonamiento, con la creación y aferramiento a los tópicos pre-establecidos.
El hecho de que cuatro tramos de la vía “per loca marítima” estén medidos en estadios es una prueba, siendo estas unidades utilizadas en navegación, topografía, geodesia y astronomía, de que su trazado no es “por la costa”, como se ha venido considerando erróneamente, sino “por lugares marítimos”, traducción fiel al latín, y estableciendo estos como puertos, islas y cabos, buscando mejor su trazado hacia el mar, no hacia el interior. Siendo además los romanos buenos navegantes, y estando gran parte de los itinerarios asociados a vías de navegación marítima.
Hidacio de Chaves menciona el puerto al que arribaron los vándalos, Turonio. La asociación de Turonio al antiguo puerto de El Arenal de Vigo, donde además se encontraba la salina, es lógica, como lo prueban documentos algo posteriores. Se puede destacar el documento del siglo XI que lo ubica al pié del monte de A Madroa, siendo este un monte cercano, en cuya ladera está el barrio de El Arenal, donde estaba el puerto y la salina, y en el municipio de Vigo.

BURBIDA Y TURONIO
Existen consideraciones de índole geográfico y demográfico para descartar a Pazos de Borbén como Burbida, y sí asociarlo correctamente a O Berbés, de Vigo. Primero está el encaje matemático de la distancia, ajustado en este último lugar. El imponente macizo del monte Galleiro, que se interpone entre Tui y Pazos de Borbén, impide el trazado de ningún tipo de vía de comunicación para carros tirados por bueyes por semejantes pedregales. Para Pazos de Borbén no sólo no encajan las distancias, sino que además está apartada siete kilómetros de la traza maestra de la vía, por donde se encuentran las cotas bajas y los miliarios romanos, y donde están las zonas de alta densidad geográfica, que se han mantenido constantes, en términos generales, desde tiempos antiguos. 
A Pazos de Borbén le corresponden densidades bajas, características de localidades serranas, no habiendo aparecido restos antiguos justificativos, ni tienen en lógica porqué aparecer.
En resumen, en el municipio de Vigo encontramos tres nombres que constan en documentos antiguos, Turonio, Burbida y Vico, al mismo nivel temporal, y que se corresponden con tres asentamientos neolíticos cercanos, uno de cuyos nombres ha desaparecido, Turonio, aunque por lógica, el lugar al cual se puede asociar, tal vez conserve su significado, que es El Arenal. Los otros dos nombres modificados por el paso del tiempo, Burbida–Berbés y Vico–Vigo.

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