“El Marco es el símbolo de los museos de la ciudad”. Así, el alcalde, Abel Caballero, justificó que el de Arte Contemporáneo fuera el escogido para escenificar el regreso de las salas y los centros integrados en la Rede Museística Municipal (Castrelos, Verbum, pinacoteca Francisco Fernández del Riego y los yacimientos de O Castro y Mirambell, así como los espacios de la Casa das Artes y de la Casa Galega da Cultura, el Museo Liste y el propio Marco). “Somos la ciudad con más museos de titularidad municipal”, apuntó el regidor, que ayer comprobó, con el concejal de Cultura, Abel Losada y el director Miguel Fernández-Cid, la aplicación del protocolo.
En todos los espacios es obligatorio el uso de mascarilla; la desinfección es constante y a demanda. Se colocaron dispensadores de hidrogel en todas las salas que tienen el aforo limitado. En el Marco se admite un máximo de 20 visitantes en la muestra de Colmeiro y diez, en la de Yolanda Herranz, ambas prorragadas hasta septiembre.
También en horario de mañana reabrió Castrelos, donde coincidieron hasta diez visitantes simultáneos en el último tramo. El aforo máximo por sala se encuentra entre los seis visitantes en Arqueología y en las habitaciones más amplias del primer piso; los cuatro, entre las medianas y solo dos en las de la planta baja, biblioteca, salón dorado y despacho. El itinerario en el pazo también varió, con entrada por la capilla y el inicio del recorrido por la primera planta (tres habitaciones cerradas). El contenido es una selección de las colecciones de pintura europea, incluida en la última muestra “De lo Divino y de lo humano”. Se suma la talla del Cristo crucificado de la desaparecida Capilla de la Misericordia. Pasa por el comedor con los retratos de los benefactores vigueses.
Para visitar la sala de Arqueología hay que volver a entrar y tiene salida diferenciada.
Con el Museo do Mar abierto hace dos semanas, quedan pendientes las salas de Afundación y Naturnova que mantienen la oferta online.
Anxo Arias, con su padre Xosé Manuel.
“Vengo porque me encargaron un trabajo en la clase de historia; las medidas son muy sencillas, está todo señalizado”
Olivier Levenq, con sus hijos Olaia y Caetano.
“Escogí visitar el museo para salir del paisaje habitual y cambiar un poco, los niños ya conocían castrelos”
José Manica, Libertad Gómez y Gregorio Martín.
“Somos de venezuela, llegamos hace un año a vigo para buscar trabajo
y aún no habíamos visitado el museo”
Gonzalo y Sonia, trabajadores en Castrelos.
“Es obligatorio lleva mascarilla y mantenerse a dos metros, vigilamos que sigan el nuevo itinerario dentro del museo”
