El escultor vigués José Molares ya se encuentra en la última etapa de producción su gran pieza, el grupo "Siempre benéfica", que representa un hecho histórico para la ciudad como fue la repatriación de los soldados desde Cuba. La pieza, que representa un soldado herido atendido por una mujer, tiene más de dos metros de altura y se instalará probablemente en octubre. Es un encargo de la Autoridad Portuaria que quiere así recordar de forma permanente el esfuerzo de la ciudad en 1899, que se volcó con los miles de soldados que regresaban derrotados, la mayoría en pésimas condiciones. Aquella muestra de solidaridad le valió a la ciudad entre otras cosas poder reflejar en su escudo el lema "Siempre benéfica". Las dimensiones exactas son 2,5 de ancho por 2,20 de alto y 1,50 de fondo, montado sobre una base de granito del país que permitirá un fácil acceso a la escultura par poder visitar la obra desde el mismo plano. Molares finalizó en julio el modelado y según explicó a este diario ayer, ahora se encuentra en la fundición en bronce mediante el sistema de cera perdida. "Dicho proceso lo realizo ya en la función de José Luis Ponce en Madrid", explica el escultor, que precisa que ahora mismo ya está inmerso en los últimos pasos, "que pienso que se alargarán hasta finales de septiembre de forma que si todo va bien en octubre podremos inaugurar, aunque decidirá la Autoridad Portuaria", explica. En principio, el Puerto prevé realizar una exposición sobre "Siempre benéfica" desde diciembre a marzo, aunque la idea es inaugurar antes el grupo escultórico, en las inmediaciones de la Estación Marítima.
SOBRE A GUÍA
Lo mismo pasa en cuanto a las fecha con la otra gran obra proyectada, el Sagrado Corazón, que ultima la Escola de Canteiría de Poio, de la Diputación, que asumió el coste de su producción e instalación, lo que ha provocado en los últimos días protestas de BNG y de Marea, que rechazan dinero público para una obra para la Iglesia.
No obstante, no hay marcha atrás y todo está dispuesto para que en octubre se coloque sobre el campanario de A Guía, como un nuevo icono local. En este caso se trata de una escultura de 4,85 metros de altura. La pieza está formada por seis unidades de granito ancladas entre sí por púas de piedra y varillas de acero inoxidable para darle mayor consistencia y solidez al conjunto. Tiene un remate en cruz de latón y sus dimensiones son importantes: además de los cinco metros de altura -a los que hay que añadir la torre sobre la que se colocará- tiene 1,40 metros de ancho y 1,35 de envergadura, con un peso aproximado de 6.650 kilos. n
