Primera fiesta gastronómica

Matamá abre la temporada del cocido

El buen tiempo se alió con la celebración de la fiesta gastronómica por las fiestas de San Amaro dedicada al cocido que contó con la visita del alcalde Abel Caballero, que vistió la pañoleta roja.
photo_camera El buen tiempo se alió con la celebración de la fiesta gastronómica por las fiestas de San Amaro dedicada al cocido que contó con la visita del alcalde Abel Caballero, que vistió la pañoleta roja.
La primera fiesta gastronómica de la temporada agotó las existencias y contó con numerosos comensales. Los organizadores quieren recuperar el esplendor de la celebración de San Anamaro con más actividades

 Matamá se rindió ayer a la excelencia rotunda e invernal del cocido. Es una de las tradiciones de las fiestas de San Amaro, que comenzaron ya el miércoles con la procesión y que siguieron el sábado con la música folk y el domingo con la organización de la primera fiesta gastronómica del año en Vigo.
En esta ocasión se sirvieron más de un centenar de platos de humeante sopa acompañada de las viandas del cocido por el precio de 15 euros. La carpa instalada en el torreiro da fiesta se llenó de comensales que supieron degustar este plato elaborado por los más veteranos del equipo que apoya a la comisión de fiestas, integrada en la actualidad por una decena de jóvenes que no superan los 40 años. 
El objetivo de esta celebración es, según explicaba Serxio Alonso mientras atendía a los mil frentes abiertos poco antes de abrir la carpa, revivir la romería, una fiesta que contaba con cientos de fieles y que era un punto de encuentro obligado en la primera quincena de enero. El relevo generacional en la comisión de fiestas ha permitido ampliar el programa, que ahora se concentra el fin de semana, e iniciar nuevos caminos y propuestas.

El apoyo de los veteranos
En total, ayer estuvieron detrás de los fogones, sirviendo y atendiendo a los asistentes unas veinticinco personas, entre las que se encontraban los que ellos llaman “colaboradores, que son personas de más edad que están encargadas de los barrios de la parroquia, más de veinte, encargándose de cobrar las cuotas y de animar a los vecinos a sumarse a las celebraciones”.   
Además de la carpa de la comisión de fiestas algunos optaron por los furanchos,  uno de los lugares de peregrinaje de los fieles seguidores de esta romería, la que abre el calendario festivo en toda la comarca y que según recuerdan "llegó a tener tanto tirón o más que el San Blas. Con el tiempo se fue perdiendo la tradición, que es algo que queremos recuperar ahora", añadiendo que  "queremos revitalizar la fiesta y atraer a más gente". Algo que lograron en el festival de música folk  de la noche del sábado, que pese a no contar finalmente con la presencia de Susana Seivane, aquejada de una gripe, sí llenó la carpa con los grupos invitados y la actuación del gaitero de Poio Óscar Ibáñez. 

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