Un reumatólogo, un anestesista y un psiquiatra participaron en una jornada sobre fibromialgia que organizó la Asociación de Diagnosticadas de Cáncer de Mama (Adicam) en la que los pacientes pudieron consultar todas sus dudas. Presentada por Carmen Pastoriza, por parte de Adicam, y moderada por la médica de familia Liliana Patricia Sousa, la sesión permitió conocer los entresijos de una dolencia de la que se sabe muy poco y que afecta al 2% de la población, en su mayoría mujeres en la edad media de la vida. Eso significa que en el área sanitaria de Vigo habría más de diez mil personas afectadas.
El reumatólogo del Meixoeiro Rafael Melero explicó que es una enfermedad crónica de causa desconocida que se caracteriza por dolor generalizado, cansancio intenso, alteraciones en la esfera emocional, entre otras características. Para su diagnóstico no existen pruebas específicas, ni alteraciones analíticas ni en la exploración física, pero hay otros hallazgos exploratorios que ayudan a definir la enfermedad y se siguen los criterios de la sociedad científica internacional de Reumatología. La primera consulta suele ser con el médico de familia que puede derivar al paciente al hospital para confirmar el diagnóstico y descartar que el dolor tenga un origen distinto. Melero apunta que no es una dolencia degenerativa al uso como la artrosis ni una enfermedad inflamatoria como el lupus o la artritis reumatoide, sino que está catalogada como patología del aparato locomotor y asocia alteraciones del estado de ánimo, por eso el tratamiento es combinado. “El ejercicio físico aeróbico es el pilar fundamental del tratamiento porque mejora los síntomas a todos los niveles, todos los estudios lo avalan”, indica. El segundo tratamiento es el psicológico, tanto el cognitivo-conductual como el mindfulness (meditación) y en tercer lugar el farmacológico con analalgésicos aunque intentando prevenir sus efectos secundarios y con los antidepresivos que mejoran el estado de ánimo y tiene un efecto analgésico. Mejorar el estado de ánimo también ayuda a mejorar el dolor o la percepción del dolor.
José Luis Fernández Sastre: “No hay una personalidad que predisponga a la fibromialgia"
El dolor y el cansancio propios de la fibromialgia repercuten en el día a día de los pacientes y ahí es donde entra en juego la psiquiatría. Aunque el ejercicio físico es el tratamiento preferente, según recuerda, una parte importante de la terapia son los fármacos y entre ellos los antidepresivos, no solo para mejorar el estado de ánimo sino porque reducen la percepción y el umbral del dolor. Por no sirven todos los antidepresivos. Uno de los más conocidos como el Prozac no sería útil porque no tiene ningún efecto sobre el dolor.
El psiquiatra José Luis Fernández Sastre explica que el dolor y el cansancio pueden desencadenar una mayor psicopatología en pacientes con fibromialgia en foma de cuadros de ansiedad y depresión. Dicho esto, aclara que la fibromialgia no es una enfermedad psiquiátrica. Las manifiestaciones psiquiátricas que aparecen son secundarias a la enfermedad. En segundo lugar, explica que no hay una personalidad que predisponga a la fibromialgia. Los pacientes se quejan de la incomprensión hacia su enfermedad y esta sensación puede incrementarse cuando el reumatólogo los deriva al psiquiatra. Sin embargo, se trata de decidir el antidepresivo que le vaya mejor o de recibir terapias cognitivo-conductuales que pueden mejorar su estado de salud. Los tres pilares son ejercicio, las terapias piscológicas mencionadas y los fármacos, pero de estos últimos conviene no abusar. En la jornada celebrada por Adicam una mujer explicó su caso: llevaba años tomando ocho fármacos al día y cuando los dejó vio que sentía el mismo dolor que cuando los utilizaba.
Alfonso Carregal: “Buscamos tratamientos que no anulen a la persona"
La Unidad del Dolor del Complejo Hospitalario de Vigo atiende a pacientes con fibromialgia. “El abordaje del dolor en esta enfermedad es difícil porque desconocemos el origen de la fibromialgia”, explica el anestesista Alfonso Carregal. Se sabe que hay factores como pueden ser infecciones, estrés y otras circunstancias que en un momento determinado pueden provocar su aparición, pero realmente se desconoce la causa y el mecanismo exacto de la enfermedad. En su opinión, el otro gran problema es que los tratamientos que existen tienen una eficacia limitada, tanto los farmacológicos como las técnicas intervencionistas de la Unidad del Dolor y otras técnicas que no son perjudiciales pero tampoco curan, como la práctica del deporte adaptado, técnicas de relajación, apoyo psicológico, entre otras. Alfonso Carregal explicó en la jornada que están detectando que muchas veces se sobremedica a este tipo de pacientes y eso genera problemas secundarios, cognitivos o de alteración del sueño, que no mejorar la calidad de vida de los pacientes sino que la empeoran. “Nosotros ahora estamos luchando por ofrecer tratamientos farmacológicos y de intervencionismo que hayan demostrado eficacia clínica en la literatura y en los trabajos científicos, además de intentar limitar la medicación para no amular a esas personas y orientarlas bajo el punto de vista de los consejos de salud y de cómo sobrellevar la enfermedad informando”. Preguntado por las técnicas intervencionistas, señala que son inyecciones o infiltraciones para aliviar los síntomas, y que usan ozono o toxina botulínica. “Su alcance es limitado”.
