Unas luces potentes iluminan el cielo nocturno vigués, tiñendo de naranja la niebla. Este fenómeno se observa desde hace varias jornadas y ha motivado numerosas llamadas a las centralitas del parque de bomberos. Aunque la mayoría lo confunde con un incendio, otros dejan volar la imaginación y buscan una explicación en causas paranormales.
Pues ni una cosa, ni la otra. Fuentes oficiales aclararon que se trata de un reflejo producido en el estadio de Balaídos.
Los responsables del campo de juego colocaron unas pantallas sobre el césped que desprenden calor y protege la hierba de las inclemencias del tiempo para que estén en perfecto estado a la hora de disputar los partidos.
El efecto que producen sobre el terreno de juego es similar al de un radiador, pero el contacto con la superficie húmeda produce un respaldor que se aprecia a distancia. La humedad ambiental y la nubosidad baja de los últimos días contribuye a aumentar la intensidad, envolviendo a la ciudad en una atmósfera siniestra.