Laboratorio hospitalario

El laboratorio del hospital de Vigo crece hasta los 15 millones de pruebas al año

El jefe del servicio de Análisis Clínicos, Arturo Fernández Nogueira, en el laboratorio central automatizado.
photo_camera El jefe del servicio de Análisis Clínicos, Arturo Fernández Nogueira, en el laboratorio central automatizado.
Los centros de salud piden un mayor volumen de analíticas para sus pacientes y con más parámetros que hace unos años. El 54% de las pruebas se piden desde Primaria

El servicio de Análisis Clínicos del área de Vigo procesó el año pasado cerca de 15 millones de pruebas en los laboratorios del Meixoeiro y del Cunqueiro, el 85% programadas y el resto urgentes.

 

 

El volumen de trabajo aumentó un 12,57% con respecto a lo que sucedía en 2021.

Esto es así porque ahora se piden más analíticas (un 7,5% más comparado con 2021) y porque en cada petición para un mismo paciente se incluyen más parámetros. 

El cambio se produjo en parte por la demanda de los pacientes, pero sobre todo por la decisión del Sergas de permitir a los médicos de Atención Primaria un mayor acceso a las pruebas de imagen y de laboratorio, basándose siempre en los requisitos de las guías clínicas y en los procedimientos aprobados. El hecho es que se igualó la cartera de servicios de atención hospitalaria y atención primaria en cuanto al acceso a estas herramientas diagnósticas. El jefe de Análisis Clínicos, Arturo Fernández Nogueira, lo considera “un acierto”, pero “siempre que se utilice bien como en cualquier organización”.

 

 

¿Quién pide las analíticas? El 54% la atención primaria, el 27,5% la atención especializada, un 10% para pacientes ingresados y un 8,5% desde Urgencias.

El mayor incremento se produjo precisamente en los centros de salud, con 900.000 pruebas más que hace dos años. El año pasado se hicieron 8 millones de pruebas, el doble de lo que se hacía en 2016 para este nivel asistencial. Como curiosidad, aumentaron las pruebas de tiroides, el análisis de la vitamina D o el control de diabetes.

Por otro lado, solo en el laboratorio central automatizado (Core) del Meixoeiro se pasaron de hacer 9,3 millones de pruebas informadas en 2019 a los 11,4 millones del año pasado con la misma plantilla, por lo que ahora están valorando la ampliación de horarios a la espera que llegue un nuevo equipamiento.

Además del Core, existe una constelación de laboratorios que realizan técnicas específicas y que están conectados con el central. Están los laboratorios de bioquímica, de proteínas específicas, de alergias, de inmunología, de técnicas especiales (con un espectómetro), el laboratorio de respuesta rápida y el de citogenética del Cunqueiro, la unidad de fecundación in vitro que está en el anexo del Xeral (está previsto su traslado al Meixoeiro), el de Hematología (depende de otro servicio), el de serología y el de respuesta rápida del Meixoeiro.

Apoyo a los clínicos

Más del 80% de las decisiones clínicas se basan en algún parámetro del laboratorio. Es lo que dicen algunas publicaciones, según apunta Arturo Fernández, pero el laboratorio  no es la primera instancia. Recuerda que la primera fase es la consulta médica en la que se encuesta y se explora al paciente para realizar una hipótesis diagnóstica. Ahí es donde entran las pruebas complementarias de todo tipo, incluidas las del laboratorio, que ayudan al clínico a confirmar o descartar el diagnóstico. La excepción son las pruebas analíticas que se hacen directamente por formar parte de un cribado, por ejemplo de sangre oculta en heces para prevenir el cáncer colorrectal.

El concurso para renovar todos los equipos saldrá este año

La renovación tecnológica es una de las principales preocupaciones del servicio y de hecho en los últimos años se fueron incorporando nuevos equipos que mejoraron la estructura inicial, ampliaron la capacidad analítica y permitieron introducir nuevas técnicas. De hecho solo quedan dos de los equipos que había en un principio, hubo mejoras en todas las áreas.

Ahora esperan que se produzca un nuevo avance porque están trabajando en la convocatoria de un concurso público, que también contemplará la posibilidad de introducir las novedades que vayan surgiendo en el mercado y que se basará en la actual carga de trabajo. Se trata de firmar un nuevo contrato a cinco años para la adquisición de los equipos y los reactivos, además de incluir el mantenimiento, las reparaciones y demás cuestiones relacionadas con el funcionamiento del laboratorio. El coste supera los 15 millones de euros.

Preguntado por la pandemia, Arturo Fernández subrayó que el laboratorio ya cumplía los estándares exigidos para el covid porque se procesan todas las muestras como si fueran potencialmente contagiosas. Ya usaban guantes, lavado de manos y otras precauciones, y el único cambio fue el uso continuado de mascarilla (en algunos laboratorios ya se usaba. Recuerda también que fueron “la avanzadilla”, con el primer autocovid de Europa en la época de Julio Comesaña como gerente del área de Vigo y con el primer “pooling” de España y posiblemente de Europa. El autocovid permitió que en lugar de recoger 10 o 15 muestras diarias en los domicilios de los pacientes se pudiesen recoger 800, con las PCR sin bajar del coche.

Apuestan por impulsar la secuenciación genética y la IA

Los servicios de Análisis Clínicos y de Anatomía Patológica crearon una unidad de genética, tras fusionar las unidades que tenía cada uno de ellos con la idea de sumar esfuerzos. “Fue una idea magnífica”, asegura Arturo Fernández. Uno de los proyectos que tienen en marcha es el concurso para la implantación de la secuenciación masiva para uso clínico, para favorecer la medicina de precisión en Oncología y para otras patologías.

Trabajan también para sacar el mayor partido al espectómetro de masas y a otros equipos de técnicas especiales que se usan en análisis de toxicología, para fármacos biológicos y para otros menesteres que exigen una mayor capacidad de detección. La idea es que lleguen a formar parte de la rutina diaria.

Otro de los objetivos del servicio es el manejo de la Inteligencia Artificial para manejar los millones de datos que genera el laboratorio y que en el futuro podrían ayudar a buscar patrones de comportamiento y prevenir la aparición de enfermedades, entre otras muchas aplicaciones. Una residente de Análisis Clínicos del área viguesa se está fomando en medicina computacional con una beca europea en un centro puntero de Suiza.

 

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