La "práctica totalidad" del personal de Vitrasa, la empresa concesionaria del servicio de transporte urbano de Vigo, secundó ayer la primera jornada de huelga para forzar a la compañía a negociar un nuevo convenio colectivo, según indicó la CIG, sindicato que preside el comité de empresa.
Fue este lunes cuando los trabajadores llevaron a cabo el primer día de huelga, después de realizar paros parciales durante meses para que Vitrasa se sentase a renovar el convenio, que lleva caducado desde finales de 2020. Los efectos se dejaron notar en las marquesinas, mucho más concurridas ante las menores frecuencias que en algunas líneas llegan hasta las tres horas de espera.
Vitrasa informó de que se cumplieron los servicios mínimos establecidos para atender a los ciudadanos y pidió disculpas a los perjudicados. Además, en un comunicado, la empresa trasladó su “voluntad negociadora” para evitar que continúen los paros anunciados, lamentando que esta huelga “complica aún más la compleja situación económica” de la firma, dificultando dificulta la recuperación de viajeros que según aseguran, sigue sin llegar a las cifras registradas antes de la pandemia.
La huelga continuará de lunes a viernes durante esta semana y la que viene, sin incluir los días festivos. Esta decisión fue tomada por el comité una vez la dirección le comunicó que no va a negociar el documento hasta que el Gobierno local no le abone el reequilibrio económico para compensar la pérdida de viajeros con respecto a 2019. Ante esto, este lunes trabajadores de Vitrasa se manifestaron por las calles de Vigo hasta llegar a la Praza do Rei, donde se concentraron en protesta de la situación que viven.
