Otro enamorado de Vigo y la calidad de vida de las Rías Baixas es Harm Koster, primer director de la Agencia Europea de la Pesca y quien vivió en primera persona el traslado de la sede desde Bélgica al imponente edificio de García Barbón.
Actualmente jubilado, el holandés vive junto a su mujer en Panxón, disfrutando de “los paseos por Playa América, las tardes de fútbol animando al Celta o los conciertos de música clásica en el Teatro de Caixanova”, nombre con el que todavía se refiere al Teatro Afundación. “Cuando me jubilé le dije a mi mujer si nos marchábamos de a Bélgica o a Holanda y ella también dijo que quería quedarse en Vigo”, recuerda.
Después de casi 12 años desde que la Agencia Europea de la Pesca se instalase en Vigo, el exdirector hace una balance muy positivo en cuanto a la adaptación de los agentes: “La gente de la ciudad es muy amable y siempre ha acogido muy bien a los trabajadores europeos, ese recibimiento no pudo ser mejor”. El holandés Harm Koster se deshace en elogios con el “agradable” clima, los “bellísimos” paisajes de las Rías Baixas o la gastronomía gallega “que no tiene nada que envidiarle a Italia y Francia”.
Koster se considera ya un vigués más y gusta de dar a conocer la ciudad a sus conocidos: “Les encanta cuando conocen Vigo y todo lo bueno que tiene”, añade.
Después de casi 12 años desde que la Agencia Europea de la Pesca se instalase en Vigo, el exdirector hace una balance muy positivo en cuanto a la adaptación de los agentes: “La gente de la ciudad es muy amable y siempre ha acogido muy bien a los trabajadores europeos, ese recibimiento no pudo ser mejor”. El holandés Harm Koster se deshace en elogios con el “agradable” clima, los “bellísimos” paisajes de las Rías Baixas o la gastronomía gallega “que no tiene nada que envidiarle a Italia y Francia”.
Koster se considera ya un vigués más y gusta de dar a conocer la ciudad a sus conocidos: “Les encanta cuando conocen Vigo y todo lo bueno que tiene”, añade.
