Rowaida Al Sabaayoun tiene 35 años pero ya una vida convulsa y complicada. Natural del Líbano, es una de las peticiones de asilo mediante protección internacional, con la ayuda de la ONG Provivienda. Lleva ocho meses en España, y ha encontrado en Vigo un lugar donde comenzar de cero, con libertad pero también con el dolor de dejar sus raíces. La entrevista se hizo a través de un traductor, aunque Rowaida entiende y sabe manejarse en español de forma muy básica.
¿Cómo era su vida allí y porque abandonó el país?
Vine porque tengo una niña con una discapacidad y ella allí no tenía ningún derecho. Yo como madre tampoco tenía ningún derecho. Mi vida era muy simple y familiar, con mis niños y mi marido, y la compañía de mis padres. Trabajaba y cubría mis necesidades, pero sentía que tenía muchas más responsabilidades de lo que yo podía abarcar, como por ejemplo el cuidado de una hija con discapacidad.
¿Hasta qué punto la situación del Líbano se volvió insostenible?
Llegamos al punto de que las personas matan y roban para comer. Puedes morir por cualquier cosa. Había mucha droga y los suicidios estaban por las nubes. A veces era la única salida.
Tanta violencia, ¿temía por su seguridad?
Está claro, aunque no fue la razón principal por la que me fui. Aún tengo a mi hijo allí, de 13 años. Después de la crisis el país se dividió en dos partes. Unos partidos políticos cogieron mucha fuerza y los que no pertenecían a ello, sufrieron una tortura. Tengo miedo por la vida de mi hijo, por la situación económicamente tan mala que sufre mi país y aunque yo me quedase allí, posiblemente no me matasen y no hubiese una violencia extrema contra mí, pero mi hija no iba a tener ninguna necesidad cubierta: ni agua, ni luz, ni medicamentos…absolutamente nada. Escapamos en el momento adecuado.
¿Cómo se adaptó los primeros días a Vigo?
Tuve algunos problemas. Principalmente el tema del trabajo. Las oportunidades laborales que tengo aquí son muy escasas, porque Vigo funciona como una casa familiar. Puede trabajar el padre, puede que la madre, pero no hay oportunidades para sus hijos. Además, aún no domino muy bien el idioma para poder desempeñar un trabajo de la mejor manera posible. A pesar de todo ello Vigo es una ciudad muy corporativa, muy amable, me ayudan, todo el mundo intenta enseñarme, entenderme. Mi único problema es el tema del trabajo, por lo demás muy bien.
A corto plazo, ¿Donde ve su futuro, en Vigo o en Líbano?
Mi plan es traer a mi hijo, quiero que continúe sus estudios aquí y creo que voy a conseguir un trabajo para que pueda conseguirlo. Tal vez vuelva al Líbano de visita, pero no volveré a vivir allí. No he hecho este camino de venir aquí para retroceder y volver allí, sería un error. Cuando pruebas la seguridad, no quieres volver nunca más al peligro. Una persona que sufre en un lugar, al igual que un padre o una madre que pega a un hijo, decide alejarse lo máximo posible, quiere escapar de ello.
