Con la selección de los nueve miembros del jurado (5 hombres y 4 mujeres) y los dos suplentes ha dado inicio esta mañana el primer juicio de tribunal popular en la Cidade da Xustiza. En el banquillo, Manuel M., se enfrenta a 18 años de cárcel por el asesinato por asfixia de Roberto Chapela, de 51 años en su vivienda de la avenida de San Telmo, en Chapela.
Manuel M. ha reconocido ante el jurado que el día del crimen estuvo en la casa del fallecido, Roberto Chapela, que le llegó a coger del cuello y a maniatar pero afirmó que “yo le dejé vivo”. Según contó, “necesitaba droga, no tenía dinero y le rogué que me fiara, al no hacerlo le até para robarle”. Añadió que “no me entregué a la Policía porque sabía que alguien entró después”.
La defensa pide la libre absolución y subsidiariamente la aplicación de atenuantes muy cualificadas por su enfermedad mental y trastorno por consumo de drogas continuado desde niño. La Fiscalía considera que no hay duda se que el acusado ejecutó todos los actos necesarios para acabar con la vida de la víctima y lo hizo de forma sorpresiva, “a traición”, ya que padecía problemas de respiración por una traqueotomía, “no tuvo opción de defenderse”.
