El último fin de semana de marzo, el Puerto de Vigo recibió un visitante inesperado: el megayate de lujo “Azzam”, propiedad de presidente de los Emiratos Árabes Unidos, llegaba para hacer unas reparaciones que finalmente se demoraron cinco meses. Ayer, el gran barco partió tras finalizar estos trabajos.
Al igual que cuando llegó, la partida del “Azzam” generó expectación entre los vigueses. Tanto desde sitios privilegiados como el mirador de Alfonso XII o a pie de puerto, decenas de personas trataban de inmortalizar con sus teléfonos móviles la lenta pero segura salida del megayate de 605 millones de euros del Puerto de Vigo, que este año, a falta de cruceros, se convirtió en una escala inesperada de varios yates de lujo como el “A” o el “Sea Cloud Spirit”.
El “Azzam” se refugió estos meses en el Muelle de Trasatlánticos del puerto vigués, pues debido a su gran envergadura no podía ser trasladado hasta los astilleros. No hubo gran problema con esta reubicación, pues hasta el pasado fin de semana no llegó ningún crucero al Náutico debido a la pandemia.
Con sus 180 metros de eslora, 21 de manga y 4 de calado, el “Azzam” se erige como el yate privado más grande del mundo y hasta ayer atraía cada día a decenas de curiosos que se acercaban hasta el muelle para contemplar la enorme embarcación. Su dueño es Jalifa Bin Zayed Al Nayahan, presidente de los Emiratos Árabes Unidos.
Entre los lujos que presenta este barco, se encuentran salas de cine, una discoteca o un helipuerto propio. El coste total del “Azzam” asciende a la friolera de 605 millones de euros.
El astillero encargado de hacer las labores de reparación fue Freire, que durante cinco meses trasladó a algunos de sus trabajadores y maquinaria al Muelle de Trasatlánticos, algo poco usual de ver en dicha ubicación pero, dadas las circunstancias, no generó ningún tipo de problema.
