Mientras Renfe espera que crezca el número de viajeros en trenes que no circulan, en aquellas relaciones ferroviarias donde existe más demanda que oferta, tampoco pone trenes. Es el caso del diurno Vigo-Barcelona, para el cual hace días que no existen plazas y ya están vendidos todos los billetes hasta el 5 de septiembre. Pero también para la mayoría de los Alvia a Madrid, un servicio que se ha visto desbordado la mayor parte de los fines de semana de lo que va de verano y en las operaciones salida de vacaciones. Renfe no ha respondido con refuerzo de servicios o duplicación de composiciones a ese crecimiento de la demanda y, no podrá hacerlo hasta que reciba los trenes Avril, las modernas unidades de la empresa Talgo que permitirán llevar el AVE hasta Vigo, Santiago y A Coruña, y no solo hasta Ourense, como pasa ahora. Según el calendario de Talgo, la primera remesa será entregada a partir del 17 de enero de 2023. Pero en el caso de los que afectan a Vigo que son los de rodadura desplazable es posible que su incorporación al parque de Renfe no se produzca hasta después de la próxima Semana Santa. En este caso, que es lo más probable pese a las reiteradas promesas del Ministerio de Transportes, la prometida conexión rápida entre Vigo y Madrid tendrá que esperar al menos otros ocho o nueve meses. Talgo continúa con pruebas para poder entregar sus trenes, los primeros a partir de enero. Cuando los Avril estén operativos el viaje entre Urzaiz y Chamartín -por Santiago, con el bypass- se podrá realizar en tres horas y 40 minutos, lo que supondrá una reducción significativa sobre las cuatro horas y 15 que tardan los servicios más veloces actuales. Sin embargo, aún lejos de las tres horas y 20 minutos comprometidos por el Gobierno. Para ello tendría que funcionar el sistema ERTMS en todo el eje atlántico y además modificar el lugar del cambiador de ancho de vías.
“Morir de éxito” en la alta velocidad desde Ourense
Los trenes de larga distancia, Alvia a Barcelona y AVE y Alvia a Madrid, están clasificados como servicios comerciales. Eso significa que no reciben ningún tipo de subvención y tienen que ser rentables por sí mismos. El principal indicador por el que se mide dicha rentabilidad es el grado de ocupación. Si Renfe no responde aumentando el número de plazas cuando la demanda se ve desbordada con tantos días de antelación, como está sucediendo este verano, los usuarios terminan buscando otro modo de transporte y descartando el tren. La escasez de trenes no es un problema exclusivo de los servicios regionales y de media distancia. También afecta a los de largo recorrido y de manera muy especial a la línea de alta velocidad entre Ourense y Madrid que, tras haber logrado un índice de ocupación media superior al 80% durante sus primeros seis meses de funcionamiento, corre el riesgo de morir de éxito al no contar con trenes suficientes para atender la gran demanda que se está registrando este verano.
Durante el mes de julio y lo que va de agosto miles de usuarios han visto frustradas sus pretensiones de viajar por no ser capaz Renfe de reforzar con trenes adicionales las circulaciones que agotan sus billetes incluso con semanas de antelación. A las tres de la tarde del 13 de agosto ya no había plazas para ningún tren con destino a Madrid hasta el día 18, fecha en la que ya estaban completos dos de los diez trenes que circulan desde Galicia. En sentido contrario, el cartel de completo colgaba para todos los trenes hasta el día 15 en el que ya están completos 9 y solo quedan billetes para un AVE a partir de 104 euros y dos de diez el día 16, con precios a partir de 104 euros en el AVE y 123 euros en el único Alvia que aún tenía plazas en venta.
Las nuevas unidades, con 200 plazas más hasta Chamartín
Es cierto que con el aumento de líneas de alta velocidad Renfe se ha quedado corta en trenes AVE y Alvia al no haber llegado a tiempo los Avril que Talgo tendría que haber entregado ya y que incrementarán de forma notable las plazas para los viajes de Vigo a Madrid. Los Alvia que realizan el servicio actualmente desde Urzaiz hasta la terminal madrileña de Chamartín disponen de 299 asientos, mientras los Avril cuentan con 508, un salto que tendrá consecuencias probablemente en los aeropuertos gallegos, en especial Peinador, el más vinculado a Madrid. Sobre todo si el viaje se realiza en las tres horas y 20 prometidas, que compiten con el avión (algo más de tres horas en total entre llegada al aeropuerto, viaje y destino). En cuanto a los tiempos, si finalmente se logran las tres horas y 20 comprometidas dando un rodeo por Santiago es más que probable que decaigan todas las alternativas, como la conexión por el Miño con la salida sur y Cerdedo. UGT-Transportes, autores de Cerdedo, ya descartaron por completo su ejecución por su coste.
