Gigantesco atasco en Vigo

Atasco
photo_camera Largas colas para entrar por la AP-9
Colapsados todos los accesos a la ciudad: más de 3 kilómetros de cola para entrar por la AP-9 y bloqueo total del centro

El 26 de diciembre suele ser el peor del año para entrar en Vigo o conducir por sus calles al darse varios condicionantes que ayer se cumplieron en su totalidad: día de devolución de compras, con buen tiempo y miles de personas que gozan de días libres y optan por conocer la decoración navideña. Entre ellos, miles de portugueses, que optaron por acercarse a ver las luces y la Navidad y se encontraron con que apenas pudieron entrar. En el Centro de Control de Tráfico, que monitoriza la red viaria viguesa a través de cientos de cámaras, había una relativa sorpresa por lo ocurrido: al parecer, según ha constatado la Policía Local, los dos días siguientes a la Navidad son letales para la circulación, más aún con buen tiempo e iluminación, y después de varias jornadas imposibles por las lluvias de récord, con 90 litros durante Nochebuena, quizá la mayor precipitación en una sola jornada. 

El atasco que sufrió la ciudad durante la tarde de ayer puede calificarse de total: tres kilómetros de colas en la entrada por la autopista del Atlántico a partir de las cinco de la tarde y otros tantos en la avenida de Madrid. Buena parte, “clientes” llegados desde el otro lado del Miño. A consecuencia, y en un efecto dominó, las principales calles del centro también se saturaron al no poder absorber tantos coches. El túnel de Beiramar, que funciona como el gran canalizador del tráfico local, se quedó a partir de las cinco y media bloqueado en ambos sentidos, hacia O Berbés y hacia Teis. 

Lo mismo pasó con la Gran Vía, en especial en sentido plaza de América hacia plaza de España. Y en general, el resto de vías del entorno, como Pizarro o Urzaiz, por la entrada en túnel por Lepanto, también colapsada para los que trataban de escapar. La lista se completó con García Barbón, paralizada, y Areal, donde las colas completaron la totalidad de la calle durante más de una hora. Imposible aparcar y avanzar. El efecto fue bloqueo total, un atasco absoluto, que repite lo ocurrido hace unas semanas, durante el superpuente, cuando además la capacidad de alojamiento alcanzó su techo. La conclusión es que Vigo no da más de sí con su actual configuración. Mientras tanto, una rondalla pasaba por López Mora, una rúa de menos circulación.

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