Anabel Santos: “El cáncer me llevó a cambiar lo que no me gustaba en mi vida y a escribir como terapia”

Anabel Santos sufrió cáncer de mama a los 28 años.
photo_camera Anabel Santos sufrió cáncer de mama a los 28 años.
"Tenía tal cantidad de emociones dentro de mí que empecé a tener ansiedad. Necesitaba liberarlo y escribir me sentaba bien", explica Anabel Santos

Anabel Santos tenía 28 años, pareja y un trabajo en A Coruña. Entonces de forma inesperada le detectaron un cáncer de mama. “Fue algo inexplicable porque no tenía antecedentes familiares ni predisposición genética y llevaba un estilo de vida muy sano. Además, no es algo habitual a una edad tan temprana”. La enfermedad le cambió su vida y lo cuenta en el libro “Fuck Cancer” (editorial Círculo Rojo) que se presenta a las 19:30 horas de esta tarde en la sede de Adicam en Cangas.

¿Cómo recibió la noticia?

El shock emocional fue muy impactante. Empecé a acudir al psicólogo para pedir ayuda, probé con varios, pero no conseguía conectar emocionalmente con esas personas para encontrar una solución. Quería hablar y dejar a un lado el tabú, porque decir la palabra cáncer causa pavor, pero no encontraba ayuda hablando con desconocidos. Tenía tal cantidad de emociones dentro de mí que empecé a tener ansiedad. Necesitaba liberarlo de algún modo y cuando estaba con el cansancio y la soledad que me provocaba la quimioterapia se me ocurrió escribir para liberar mis emociones, a modo de diario. Iba poniendo nombre a lo que sentía y empecé a darme cuenta de que me sentaba bien.

¿Cómo se transformó en libro?

Cuando acabé los tratamientos, la radioterapia y la quimioterapia, y empezaba a recuperar la forma física decidí ponerme a prueba para ver si podía dar esta etapa por terminada. Hice el Camino de Santiago, con todo el esfuerzo físico que requería y la fortaleza emocional para estar sola tantas horas. Fue una experiencia increíble, conocí a gente maravillosa y me sentó muy bien el contacto con la naturaleza.  Decidí seguir escribiendo sobre ello en mi diario. Al llegar, sentí que esa etapa había terminado, era el broche final, y dejé el diario en un cajón. Lo compartía a veces con amigos y gente cercana, me propusieron que lo mostrase para ayudar a otras personas jóvenes en una situación inesperada como la mía. Si pudiese ayudar a alguien tenía todo el sentido del mundo y decidí probar.

¿Qué supuso el cáncer en su vida?

Supuso un cambio total, de 180 grados, en mi vida. Empecé a escribir y al hacerlo reflexionaba sobre muchos aspectos de mi vida, tanto el trabajo como mi relación de pareja y mis amigos. Empecé a pensar en todo aquello que pensaba que no estaba bien y a buscar cambios. En plena quimio decidí separarme de mi pareja, llevábamos más de siete años juntos, estábamos bien pero había cosas con las que no estaba a gusto, reconecté con amigos de la infancia con los que había perdido la conexión sin quererlo, retomé aficiones que había dejado de lado y me dediqué más tiempo a mí misma. Trabajaba en las oficinas de Inditex en Coruña, tenía piso allí, pero con el diagnóstico me dieron la baja y volví a casa de mi madre a Cangas para estar acompañada en ese proceso. Fue año y medio de baja. Ahora tengo una excedencia porque no estaba emocionalmente preparada para volver al ritmo frenético del trabajo. Fue una experiencia positiva, no volvería atrás para quitar la enfermedad de mi vida porque me ha llevado a una evolución personal total. Me ha llevado a ser la persona que quiero ser y a disfrutar más de la vida.

¿Cuál es la clave para no tirar la toalla?

Me encantaría llegar a gente joven que se encuentre en esta situación. Parece que el mundo deja de girar, pero la vida es mucho más que la enfermedad e incluso durante esa etapa hay muchas cosas maravillosas que siguen sucediendo. Hay que abrir los ojos, disfrutar de la gente que te rodea y del cariño que te abraza, de las nuevas aficiones, del tiempo libre, hay que aprovechar y sacar algo positivo de la experiencia. Afortunadamente, los avances médicos hacen que lo más probable sea salir de esto, con una recuperación física total. Los cambios físicos durante el tratamiento son temporales, hay que quitar esa superficialidad de pensar en cómo cambia mi imagen, despreocuparse de eso y disfrutar sintiendo emociones, porque se vuelven super intensas, a mí eso me hacía sentir más viva que nunca durante la enfermedad.

¿Qué supuso el apoyo de Adicam?

Recomiendo acudir a esta asociación, las chicas de Adicam son maravillosas, la psicóloga, la trabajadora social, la nutricionista, la fisioterapeuta, todas, y cuentan con la colaboración de Jorge Cameselle, que es corazón antes que doctor. Sentir el cariño de la gente que te rodea, no solo la familia, sino también la asociación, para mí fue lo más importante.

Te puede interesar