La cubierta de un tejado en Monteferro, en Nigrán, voló más de 100 metros debido al fuerte viento durante todo el día, en especial por la mañana, hasta empotrarse contra dos casas. “Soplaba muy fuerte y de repente oímos un gran golpe, algo golpeó contra los cristales y la fachada, fue tremendo”, aseguraba un vecino todavía con el susto en el cuerpo. Lo cierto es que por suerte no había nadie en ese momento en el exterior.
“Si nos coge a alguno fuera nos machaca”, añadía. Las fuertes rachas de viento de la «Irene» a la costa gallega destrozaron la parte más alta de la casa, aunque por fortuna, no hubo que lamentar heridos, pero sí importantes daños materiales. Como indicaron testigos presenciales de lo ocurrido, las planchas del tejado salieron disparadas y se estamparon contra otras dos casas. Por la mañana, todavía se encontraban los restos esparcidos por el jardín o contra los vallados. Alguna de las piezas llegó al balcón del vecino. En Nigrán, según Meteogalicia, se registró una racha máxima de 56 kilómetros por hora durante la madrugada.
En Baiona, llegó a más de 60 kilómetros por hora y en Castro Vicaludo (Santa María de Oia) superó los 90 km/h, siendo este un punto habitual de vientos huracanados. Pero en esta ocasión la más elevada de Galicia se dio en la isla de Ons, donde se rozaron los 150 kilómetros por hora.
