Un estudio de la UVigo en colaboración con la USC predice que la Península Ibérica sufrirá estos episodios meteorológicos con más intensidad y duración los próximos 30 años
La Península Ibérica será en el futuro un territorio cada vez más tórrido. Así se desprende de un estudio sobre proyecciones climáticas realizado por investigadores de las universidades de Vigo y Santiago de Compostela que prevé un aumento de la intensidad de las olas de calor del 104% para el futuro próximo (2021-2050) en todo el territorio peninsular. Los cambios más importantes apuntados en esta investigación, que acaba de publicar la revista internacional “Atmospheric Research”, se producen en la región centro-este, llegando al 150% para la costa mediterránea y los Pirineos. Detrás de este nuevo avance sobre el futuro climático están Nieves Lorenzo, investigadora del grupo EphysLab del Cim-UVigo y Alejandro Díaz-Poso y Dominic Royé, del Departamento de Geografía de la USC. Los científicos también estiman una mayor extensión espacial de las olas de calor con tendencias del 6 al 8% por década.
El artículo, titulado “Heatwave intensity on the Iberian Peninsula: future climate projections”, nace de la falta de análisis de la extensión espacial y de la intensidad de las olas de calor en el territorio peninsular. Según sus autores, los eventos de olas de calor se pueden caracterizar por cuatro dimensiones: frecuencia, duración, intensidad y extensión espacial. En este estudio gallego se aplica por primera vez el factor exceso de calor (Excess Heat Factor, EHF), un parámetro desarrollado por científicos australianos que incorpora directamente el aspecto de intenisdad y el proceso de aclimatación del cuerpo humano.
Las proyecciones apuntan que las áreas que muestran una mayor intensidad no coinciden con zonas donde los eventos de olas de calor tienen una mayor duración- Tanto para los períodos 1971-200 como para 2021-2050, las olas de calor en regiones montañosas y peninsulares occidentales se caracterizan por un EHF más alto, pero una duración más corta que las de la zona sureste peninsular y, en general, en la costa mediterránea. La razón principal de este patrón espacial, subrayan los autores de la publicación, radica en el rápido transporte de masas de aire suaves desde el océano Atlántico hacia el oeste de la Península Ibérica.
