Erasmus enamorados de Vigo

Kevin Symank, Ksenija Ilic, Santra Kolehmainen, David Zadák, Lupitha Vázquez y Nicole Imbert, en el Náutico.
photo_camera Kevin Symank, Ksenija Ilic, Santra Kolehmainen, David Zadák, Lupitha Vázquez y Nicole Imbert, en el Náutico.
El clima, las playas y la calidez de los vigueses atraen cada año a más universitarios extranjeros a estudiar en la ciudad

Vigo recibió este año cerca de 300 estudiantes extranjeros sólo durante el primer cuatrimestre, una cifra relativamente baja pero que muestra la recuperación de la movilidad interuniversitaria a cifras ya más cercanas a antes de la pandemia. Pero lo que no ha perdido la ciudad es su encanto para encandilar a estos alumnos, pues han pasado menos de tres semanas en la ciudad y muchos de ellos ya están completamente enamorados de ella, incluso aunque no fuese su primera opción a la hora de elegir un destino.

Este es el caso de Kevin Symank, un joven alemán de la localidad de Flensburg, prácticamente fronteriza con Dinamarca. Kevin estudia Administración y Dirección de Empresas en la Universidad de Ciencias Aplicadas de la mencionada ciudad y explica que “había elegido Cartagena para venir de Erasmus a España”, pero finalmente no pudo optar a esa plaza y tuvo que decantarse por Vigo. Sin embargo, “busqué la ciudad por internet, vi que había mar y montañas y me gustó mucho”, confiesa. 

Kevin lleva ya un mes en la ciudad porque eligió venir con antelación y así “organizarme mejor, buscar un piso y conocer a gente antes de empezar las clases”. Por el momento, su experiencia en el campus ha sido un poco “caótica”, pero “al haber conocido a otros alumnos de Erasmus lo llevo mejor”.

Desde Serbia, concretamente de Niš, la segunda ciudad más grande del país eslavo, llegó Ksenija Ilic, estudiante de viola en el conservatorio. “Vine hace tres semanas y me enamoré de la ciudad”, señala. Ksenija es la única serbia en O Castro y asegura sentirse “honrada” por ser la conexión entre los conservatorios de Vigo y Niš. 

Las tres semanas que lleva en la ciudad se le han pasado “rapidísimo” a Ksenija, que había escuchado que “la gente aquí es muy amable y alegre y he podido comprobar que es cierto”. Esta es la segunda experiencia Erasmus de esta joven serbia y su corta estancia en Vigo ha incluso superado sus expectativas tras su estancia en Italia en el pasado.

Guadalupe Vázquez, o como le gusta que le llamen, Lupitha, también se ha mostrado encantada después de poco más de 20 días en Vigo. Tanto, que “mi plan de vida es hacer prácticas profesionales aquí y luego quedarme a vivir”. Esta joven mexicana, del estado de Veracruz, estudia actualmente dos carreras, Ingeniería en procesos y gestión industrial en Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y Logística internacional y Aduanas en la Universidad Veracruzana. Lo que más le gusta de la ciudad es “sobre todo, la seguridad. Aquí no tengo que vigilar si me siguen o estar con el celular en la mano cada vez que salgo de casa”. También se ha sorprendido con la amabilidad de la gente y de sus compañeros de la universidad. “Pensaba que tal vez me iban a hacer de menos por venir de fuera y todos han sido muy amables conmigo”, indica.

“Siento que este es como mi segundo hogar”, comenta Santra Kolehmainen, estudiante finlandesa de Económicas que llegó desde la Universidad de Oulu. Acostumbrada a España y el idioma español –viaja a Andalucía con su familia cada año en Navidad–, eligió hacer el Erasmus en Vigo porque “tiene mar y mucha naturaleza y no hay muchas aglomeraciones”. 

Santra se confiesa enamorada de la ciudad y de la universidad, donde ya ha hecho muchos amigos que “me están ayudando a aclimatarme durante esta experiencia”. Su lugar favorito, sin lugar a dudas, son las playas, en especial Samil y Patos.

En los arenales también pasa mucho tiempo David Zadák, alumno checo de la universidad de Pilsen, donde estudia Económicas. “Mi sueño era probar a hacer surf y aquí hay muchos lugares para hacerlo, por lo que voy cada semana y me está encantando”, apunta. Además, David se trajo su mountain bike desde República Checa para probar los múltiples circuitos de trail que hay en los montes que rodean Vigo, una experiencia que le ha llevado a conocer a muchos vigueses que comparten su pasión. David no se lo tuvo que pensar mucho a la hora de venir a hacer su Erasmus, pues “mis amigos ya habían venido y me recomendaron que la escogiera”.

“Elegí Vigo porque no es la primera ciudad que visitarías en España”, explica Nicole Imbert, estudiante uruguaya de la ciudad de Canelones. Aunque en su universidad de origen cursa Ingeniería Electrónica, aquí también da clases de Ingeniería Biomédica y Telecomunicaciones. Nicole asegura que Vigo le recuerda mucho a su país “porque hay muchas playas”. Además, también tiene muchos lugares donde hacer senderismo, actividad que le encanta. 

Esta joven uruguaya se vio sorprendida por “lo amable que es la gente aquí” y lo poco que tardó en entablar amistades tanto con compañeros de clase como con otros estudiantes de Erasmus. “La ciudad superó mis expectativas”, explica.

Goda, erasmus lituana, en el mirador de O Castro.
Goda Labanauskaite, erasmus lituana, en el mirador de O Castro.

“Esta experiencia la recordaré toda mi vida”

Goda Labanauskaite es una de los casi 300 estudiantes de intercambio en la Universidad de Vigo para este cuatrimestre. Esta alumna lituana está estudiando periodismo y en la UVigo compagina las clases de comunicación con algunas asignaturas de marketing. “Siempre soñé con tener una experiencia Erasmus, conocer a otra gente y otras culturas”, explica. 

Lo que más le sorprendió al llegar a Vigo fue la calidez de la gente: “Vengo de un país completamente diferente, las personas en Lituania son más reservadas y aquí la gente es muy amable”. Además, confiesa que le encanta el clima: “Ahora mismo en mi país hace muchísimo frío, aquí se está muy bien”.

En cuanto a su experiencia en el campus, Goda destaca la disposición de los profesores, que “hacen todo para ayudarnos” y apunta que “las clases son bastante similar a lo que me esperaba”.

En general, la experiencia Erasmus en Vigo está siendo una gran aventura para Goda, que asegura que “la recordaré toda mi vida”.

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