Movidos por su amor por los Rolling Stones y el Barcelona, centenares de personas se acercaron ayer a las tiendas oficiales del Barça para llevarse una de las 1.899 unidades que unen la primera equipación culé con la mítica lengua que representa a la legendaria banda de rock británica. La lengua y los labios de los Rolling Stones fueron elegidos al coincidir con el hecho de que el pasado viernes publicaron su nuevo disco, “Hackney Diamonds”, y en la misma mañana del lanzamiento de la camiseta en las tiendas físicas se agotaron las 700 unidades disponibles en internet, todas por 399 euros.
“Somos unos grandísimos fans del fútbol y estamos agradecidos de que Spotify haya traído nuestro logo de la lengua y los labios a la camiseta del FC Barcelona para celebrar la salida del nuevo disco. Animaremos a los jugadores que estarán en el campo tan bien como los fans de todo el mundo que sintonizarán con este icónico partido”, compartió la banda.
El equipo masculino del Barcelona vestirá esta camiseta única este sábado en el clásico de LaLiga EA Sports frente al Real Madrid, mientras que el femenino hará lo propio el próximo 5 de noviembre en el partido de la Liga F frente al Sevilla.
Cuando terminen los dos partidos en los que jugadores y jugadoras del Barcelona vestirán esta zamarra tan especial, los titulares azulgranas de ambos duelos estamparán sus firmas para otra edición especial que constará de 22 unidades que se venderán por 2.999 euros.
Colas de dos horas
La primera en llegar a la tienda oficial del Barcelona en el Camp Nou fue Marta, una jubilada barcelonesa que empezó a hacer cola a las ocho de la mañana, dos horas antes de la apertura del establecimiento. “A mi marido le gustan mucho los Rolling y es del Barça, así que no había mucha discusión”, afirma la primera de la cola, que tuvo que acercarse a una de las tiendas físicas porque llegó tarde para hacerlo por internet.
Un minuto después de ella llegó José Antonio por petición de su hijo, quien le pidió ser el primero en entrar a comprar este recuerdo que no tardará en colgar en su vitrina. “Es un encargo de mi hijo, que está viviendo en Polonia y me la pidió porque colecciona todo tipo de camisetas de fútbol”, cuenta, sorprendido al ser el segundo de la cola después de ver a tanta gente detrás de él.
