La cirugía de genitales, en aumento por los complejos

Varios cirujanos en medio de una operación.
photo_camera Varios cirujanos en medio de una operación.
Un tercio de las mujeres y la mitad de los hombres no están a gusto con sus vulvas y penes

La obsesión por el canon de belleza ha llegado a los genitales: un tercio de la mujeres y la mitad de los hombres no están a gusto con la apariencia o el tamaño de sus vulvas o penes, lo que se refleja un aumento de las cirugías estéticas íntimas. “No hay congreso actual sin ponencias sobre estética genital, tanto masculina como femenina, y ya hay cursos de esta especialidad. Los genitales son un producto de consumo”, explica Mirén Larrazabal, psicóloga y sexóloga, quien destaca la incoherencia de que de puertas para afuera se apueste por la diversidad y en la intimidad por un único ideal de belleza.

Es una cirugía con detractores que consideran que “es una barbaridad” y con partidarios que creen que “es una forma de empoderamiento y autoestima” y que razonan que si hay cirugías de nariz, por qué no las va a haber de genitales. Según los estudios, la insatifacción con la apariencia de los genitales lleva a evitar determinadas prácticas -como el sexo oral- o las relaciones sexuales en su totalidad, así como dificulta llegar al orgasmo.

En España, el número cirugías genitales ha aumentado exponencialmente en muy pocos años y ha pasado de 975 entre 2013-2014 a 7.200 en 2017-2018, según el último informe sobre “La realidad de la cirugía estética en España” de la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética. 

Ante este incremento de cirugías íntimas, un equipo del hospital madrileño 12 de Octubre inició un estudio para esbozar medidas educativas con las que tratar de contrarrestar o parar este fenómeno. “Por lo menos evitar operaciones por desinformación”, recalca una de las autoras del estudio madrileño, la ginecóloga Alba Bartolomé, al destacar que “la mayoría de las mujeres que solicitan una labioplastia, una cirugía de los labios menores, tienen entre 15 y 20 años”.

Las mujeres quieren mejorar la simetría de sus labios vaginales y hacerlos más pequeños -sobre todo los internos-, porque prima un “canon de belleza joven, casi de niña, y con determinada coloración”, según Larrazabal, que advierte de que “hay tantas formas de vulvas como narices o bocas”. También Bartolomé advierte de que “no hay criterios estrictos para saber qué es normal o no” y subraya que muchas de las pacientes que consultan tienen “labios hasta pequeños”.

Lo mismo sucede con los hombres, como confirma el urólogo especialista en próstata François Peinado. “Hay una idea equivocada sobre las longitudes. Muchos piensan que tiene que medir 18 centímetros, cuando la media es de 9,5 en flacidez y de alrededor de 13 en erección. A la mayoría de mis pacientes les comunico que tienen penes normales y que no necesitan operarse”.

En este sentido, el también cirujano urólogo chileno Carlos Nazir, quien detalla que estas cirugías son igualmente demandadas por heterosexuales que homosexuales, revela que “a veces piden cosas irreales” e insiste en que “todos somos diferentes y hay que intervenir dentro de los límites anatómicos y fisológicos de cada persona”.

La pornografía, la depilación y las redes, tras la insatisfacción

La comparación con las imágenes de genitales perfectos o con longitudes no muy comunes que muestran las redes sociales, los libros de texto o, sobre todo, la pornografía pueden estar detrás de esta insatisfacción. Pero Alba Bartolomé, no cree que la pornografía sea la única causa, ya que “también refleja variedad”, y Raquel Oliva, de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, habla también de la influencia de la depilación. “Antiguamente el vello no se quitaba y hace unos años empezó la moda de quitarlo todo. Ahora el descolgamiento es más evidente en las mujeres depiladas”, indica.

“Es importante acudir a especialistas, aunque no siempre se hace porque hay un factor de vergüenza y se busca al peluquero o al tatuador”, explica Nazir, quien resalta que “los desastres que originan cosas mal puestas -como ácido hialurónico o grasas centrifugadas- son peores porque causan deformidades y problemas urinarios.

Advierte de que “un mal relleno en un pene que se estira y se encoge repercutirá en una mala erección” y recomienda, antes de recurrir a la cirugía, que siempre va a dejar una cicatriz, usar los aparatos que existen para estirarlo.

Respecto a la cirugía femenina, Alba Bartolomé indica que “los labios menores son muy sensibles y tienen la misma piel que el capuchón del clítoris. Además, la vulva tiene muchas terminaciones nerviosas y al reducirla se pierde superficie erógena”. 

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