Textura del alimento y control del apetito

Se trata de la primera revisión sistemática y metanálisis que investiga cómo el aspecto físico y la textura de los alimentos, afecta el nivel de saciedad.

El aumento de peso se describe como un desequilibrio entre la ingesta de energía alimentaria y el gasto de energía. En otras palabras, para mantener un peso saludable, se requiere que la cantidad de energía consumida sea igual a la cantidad de energía gastada. La enorme necesidad de aplicar estrategias de prevención nutricional para reducir el ambiente obesogénico ha llevado a enfoques prometedores en el diseño de productos alimentarios saciantes que ayuden a reducir el apetito.

La saciedad describe el retraimiento en el momento de comer y se puede decir que determina el tamaño de la comida y el momento final de la misma.

La literatura actual sobre la saciedad sugiere que la ‘textura de los alimentos’ debería ser un factor importante en el control de la saciedad, el apetito y la ingesta calórica diaria.

El análisis de esta revisión demostró en la mitad de los estudios incluidos, que la forma sólida, el alto grado de heterogeneidad, la viscosidad y lubricidad elevada, entre otras características, conducen a una mayor supresión del apetito y a una menor ingesta de alimentos.

Los ensayos de esta investigación informaron además, que los alimentos aireados (con incorporación/formación de espuma) suprimen el apetito y reducen la ingesta de alimentos. Asimismo, el análisis cuantitativo indicó una disminución del hambre con alimentos sólidos en comparación con alimentos líquidos. Por ejemplo, en un ensayo de 58 participantes consumieron gajos de manzana (alimento sólido) un día y luego puré de manzana (alimento líquido), encontraron que los trozos de manzana reducían la ingesta total de energía en el almuerzo en comparación con el puré, lo que sugiere que consumir frutas enteras antes de una comida puede aumentar la saciedad y reducir la ingesta de alimentos posterior. Otro ensayo también confirmó tales hallazgos donde los participantes consumieron menos energía después de comer alimentos sólidos (queso/sandía/coco) en comparación con la forma líquida de bebida (leche/batido de sandía/leche de coco). Por otra parte, se observó un aumento importante en la saciedad con alimentos de alta viscosidad como los geles en comparación con alimentos de baja viscosidad.


Ref: Stribi caia y Col. Influencias de la textura de los alimentos en la saciedad: revisión sistemática y metanálisis. Sci Rep. 2020; 10: 12929.

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